Por un suspiro
El Valladolid impide al Espanyol ser líder al empatar en el añadido
El Espanyol fue anoche líder en solitario durante 70 minutos, pero vio cómo un Valladolid que acabó encerrándolo en su área le aguaba la fiesta en el añadido. Rubi no consiguió ganar la batalla a su amigo Sergio González pese tener bastantes más argumentos sobre el césped y su equipo acabó jugando un mal partido y regalando todo el segundo tiempo. El técnico blanquiazul terminó actuando incluso contra sus principios sentando a un delantero para poner un defensa y así tratar de resistir en los últimos minutos. El premio lo valía. Pero acabó siendo en vano. Los blanquiazules empatan con el Barcelona en lo más alto de la tabla a la espera de que se dispute el clásico. Tampoco está nada mal.
Rubi sí que apostó de inicio por un once totalmente ofensivo recurriendo a la frescura que ofrece Melendo en el centro del campo en lugar de optar por la estabilidad de Granero. Un cambio en buena parte compensado por el retorno al once de un Darder recuperado de los problemas víricos que lo apartaron del encuentro ante el Huesca. Eso hizo que, de entrada, el Espanyol jugase con más de medio equipo formado en la cantera. Sergio González, por su parte, quiso hacer buena la máxima de que lo que funciona, no se toca, y anoche calcó el once que dio la sorpresa la pasada jornada en el Benito Villamarín.
Plantado con dos líneas de cuatro hombres, el Valladolid salió como el Huesca el domingo pasado: a esperar el Espanyol, cediéndole la iniciativa pese a ejercer una presión alta cuando los visitantes sacaban de puerta. El reto para el Espanyol volvía a ser conseguir jugar ante un rival cuyo principal afán no era otro que aprovechar el error visitante. Y fue el Valladolid, de hecho, quien primero disparó a puerta.
Como había dejado dicho Rubi en la previa, a su equipo le tocaba estar atento y tener paciencia en ataque, buscar alternativas, Y entre Melendo y Borja Iglesias, cómo no, encontraron la más práctica y operativa en situaciones como la de ayer: el robo y el zapatazo. El canterano aprovechó un error en la salida de balón del Valladolid y el gallego lo vio claro y desde más allá de la frontal sacó un derechazo que entró sin contemplaciones por la escuadra izquierda de Masip. El Espanyol hacía lo más difícil: abrir el marcador cuando apenas se jugaban 20 minutos de juego.
Fue un acción que no consiguió hacer historia, pero que sí consiguió abrir el partido. Los locales se fueron decididamente al ataque y tuvieron sus opciones, aunque fue el Espanyol quien disputó sus mejores minutos. El renacido Hernán Pérez, que anoche volvió a estar muy activo y que se retiró con molestias, tuvo el segundo al filo del descanso, cuando cabeceó desde el área pequeña un centro de Darder tras otro peligroso robo. Pero Masip se sacó de la manga un paradón a mano cambiada que dejó muy vivo el encuentro para el segundo periodo.
Y ahí empezaron los problemas. Los visitantes arrancaron bien y Sergio García y Darder tuvieron el segundo en la primera acción de ataque, aunque el Valladolid consiguió tapar el disparo del balear. Sergio González decidió echar definitivamente a su equipo arriba y buscar alternativas con Óscar Plano, quien nada más entrar tuvo una ocasión clarísima que atajó Diego López. Poco después fue Toni Villa quien se plantó sólo ante el meta españolista y envió el balón a las nubes.
A los blanquiazules les tocaba apretar los dientes. Lo hizo, aunque sufrió más que nunca ante un Valladolid que, de perdidos al río, arriesgó como no lo había hecho en toda la temporada. Muy mal lo tuvo que ver Rubi para hacer ese primer movimiento defensivo desde que está al frente del banquillo españolista sentando a Sergio García para sacar al terreno de juego a Óscar Duarte. No le sirvió de nada: Verde puso el empate de un lejano libre directo. Ahora sólo queda por ver si el equipo sigue manteniendo la confianza.
RESISTENCIA VANA Rubi hizo el primer cambio defensivo desde que ocupa el banquillo para tratar de asegurar el resultado