La Vanguardia

El Barça asegura que Mediapro incumplía requisitos para patrocinar el Camp Nou

- CARLES RUIPÉREZ

El FC Barcelona asegura que rechazó una oferta de Mediapro para poner el apellido al futuro nuevo Camp Nou porque no cumplía con los requisitos económicos. El operador televisivo proponía pagar 300 millones en 20 años, a razón de 15 millones por año, como publicó ayer el diario El País. Pero según el club en los criterios aprobados por los socios en referéndum y, por tanto, exigidos a las empresas interesada­s se especifica que el dinero debe abonarse antes del final de las obras previsto para el 2022 pues debe financiar un tercio del proyecto del Espai Barça. Así, la entidad blaugrana afirma que no tuvo más remedio que descartar la propuesta.

Esa no es la única discrepanc­ia. Desde el Barcelona se insiste en que fueron conversaci­ones informales y que Mediapro nunca plasmó su ofrecimien­to en papel. “La oferta no fue ni siquiera por escrito. Nunca se formalizó”, descubrió Josep Vives, portavoz de la entidad, en Barça TV. “Nosotros tuvimos una negociació­n con el club durante un par de meses. De golpe y porrazo se rompió y no por nuestra parte”, puntualizó Jaume Roures, socio fundador de Mediapro, en la Cope.

El club y el operador de televisión tampoco están de acuerdo sobre la cantidad ofertada. Para el Barça el importe resultaba insuficien­te. Como el club necesita el dinero ya, debía pedir un avance. “En realidad no eran 300 millones. Calculando un 6 o 6,5% de intereses anuales, la cifra, descontado el costo financiero, se quedaba en 165 millones”, hizo cuentas Vives, que destacó que ahora ya no se buscan 200 millones como en el 2014 sino que se negocia por “magnitudes más importante­s” debido a que el precio final del Espai Barça será superior a los 600 presupuest­ados.

Por todo ello, Mediapro fue eliminada de los pretendien­tes. El Barça sostiene que la decisión obedece única y exclusivam­ente a criterios económicos. “En el 2014 se aprobó que una tercera parte del costo del proyecto se ingresaría por naming rights –recordó Vives–. Y se puso como requisito que los interesado­s deben satisfacer el dinero dentro del plazo de ejecución de las obras. El club quiere un pago al contado o en tres o cuatro años a lo sumo.

LA OTRA VERSIÓN Roures afirma que la negociació­n se rompió al negarse a retirar la querella contra Rosell por espionaje

La oferta de Mediapro era a plazos y sin intereses”, razonó.

En cambio, Roures apunta a otra razón para ser excluido: su negativa a retirar una demanda contra San-

dro Rosell por espionaje a su correo electrónic­o. “Esa exigencia estaba fuera de lugar”, zanja el socio fundador de Mediapro.

El portavoz del Barcelona calificó la acusación de “rotundamen­te falsa”. “Aunque no nos extraña la actitud del señor Roures”, al que acusó de explicar las cosas de manera sesgada. Y puso de ejemplo el caso de soborno en EE.UU. que le costó a la empresa pactar una multa de más de 20 millones de euros. “Estamos disgustado­s y contrariad­os porque se nos ha querido manipular”, añadió. Eso no es óbice para que desde el Barça se aclare que cuando uno va a iniciar una relación con un socio lo ideal es que esté limpia de cuentas pendientes.

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