La dirección de un estilo
El miércoles me conmovió que el Camp Nou manifestara de manera evidente su amor a Arthur Melo, el jugador que ha acabado jugando en el club que defiende su estilo de juego y que se enfrentaba al Inter de Icardi, el jugador que huyó. El Camp Nou, que tiene la mala fama de ser un estadio frío, tendría que estar orgulloso de tener buen gusto. Alguna cosa tiene que quedar, después de tantos años de buen fútbol... ¡Qué jugador más extraordinario, el brasileño! Su disposición a ofrecerse a los compañeros y a pasar la pelota rápidamente después de recibirla, sin complicarse mucho la vida, permitió mantener a los jugadores muy cerca los unos de los otros y en campo contrario. Además, cuando perdían la pelota, la recuperaban de inmediato con una presión muy agresiva. Parece que el Barça de Valverde, finalmente, y gracias a otro centrocampista pequeño, reconecta por momentos con el estilo que ha hecho grande este club y que le ha llenado las vitrinas. De la misma manera que tendremos que estar siempre agradecidos a Zubizarreta por incorporar a Ter Stegen, no le agradeceremos nunca lo bastante a Robert Fernández, que tuvo que aguantar tantas críticas por otros fichajes, que insistiera en vestir a Arthur de blaugrana. Ahora tendríamos que exigir con más énfasis a la dirección deportiva que favorezca la búsqueda y la formación de este perfil de jugadores en la cantera. Es lo que nos hace únicos.
En el camino de este jugador hacia el Barça hay algo de extraordinario. Dicen que los primeros informes hablando bien de él ya habían llegado a principios del 2017. Pero fue Ricardo Rocha, comentarista en O’Globo y excentral del Real Madrid en la década de los años 90, quien comparó por primera
Me conmovió que el Camp Nou manifestara de manera evidente su amor a Arthur Melo
vez y en público a Arthur con un Iniesta joven. En una de sus apariciones televisivas, en junio del 2017, dijo que Arthur le iría como un guante al Barça. Es verdad que a los culés nos hace pensar más en Xavi. Pero lo fascinante es que es un brasileño, desde el otro lado del Atlántico, un ex del Madrid, quien piensa en Arthur como un jugador de estilo Barça. Este modelo de jugador, sus cualidades, probablemente también su complexión física, ya se encuentran marcados a fuego en la memoria de todo buen amante del fútbol, venga de donde venga, e identificados con el Barça. Que todo el mundo del fútbol coincida en poner la misma dirección a un estilo determinado es un éxito colectivo del que también tendríamos que estar orgullosos. Incubado a fuego lento por varias generaciones, que incluyen directivas enemigas, técnicos, jugadores y aficionados de todo pelaje, desconfiad de quien lo menosprecie.