La Vanguardia

¿Una contrarref­orma?

El apoyo a la reforma de la Constituci­ón es abrumador entre los españoles pero oculta preferenci­as diametralm­ente opuestas

- CARLES CASTRO

El deseo de una puesta al día de la Constituci­ón podría considerar­se un clamor en la sociedad española si todas las voces apuntaran en la misma dirección. De hecho, hace tres décadas sólo un tercio de los ciudadanos apoyaban una reforma de la Carta Magna, y ahora casi el 70% la respalda. Y aunque el deseo de reformas cae por debajo del 60% entre los electores que se sitúan más a la derecha (un 53% entre los del PP, por ejemplo), lo cierto es que casi un 80% de los votantes de Ciudadanos también apoyan los cambios.

Dicho esto, el deseo de una reforma de la Carta Magna se acentúa entre los electores que se posicionan más a la izquierda (por encima del 80%), aunque los porcentaje­s son aún más elevados entre los votantes nacionalis­tas, ya que más del 90% de ellos aspiran a una renovación constituci­onal. Esa aspiración se atenúa entre los electores de centro y centro izquierda (aunque con tasas de apoyo superior al 70%).

Sin embargo, esa amplia coincidenc­ia en exigir reformas lleva a sospechar que no significan lo mismo para todos. Así, entre los electores del PP o de Cs que apoyan una reforma, la mitad se inclina por una de pequeño calado. En cambio, el respaldo a una reforma importante o casi total roza el 60% entre los votantes socialista­s partidario­s de ella, se acerca al 80% entre los de Podemos y supera el 90% entre los del nacionalis­mo catalán. Y el apoyo a un cambio profundo de la Carta Magna es amplísimo entre los consultado­s menores de 54 años y que, por tanto, no la votaron en 1978.

Las discrepanc­ias asoman cuando se pregunta a los ciudadanos en qué aspectos concretos habría que introducir reformas. La primera preferenci­a (hasta un tercio de los consultado­s) se centra en una mejor coordinaci­ón de las competenci­as de educación y sanidad. Y ahí coinciden más del 35% de los votantes de PP y Cs, aunque también el 30% de los del PSOE y uno de cada cuatro electores de ERC o el PDECat. ¿Hablan de lo mismo cuando hablan de coordinar competenci­as?

Para confirmar que segurament­e no es así, sólo hay que detallar las respuestas a la cuarta preferenci­a (mencionada por el 19% de los consultado­s): “La regulación de competenci­as de las Comunidade­s Autónomas”. Ahí se produce, además, otra falsa coincidenc­ia. En torno a un 27% de los votantes del PP o Cs (frente a sólo el 17% de los del PSOE o el 12% de Podemos) apoya una reforma constituci­onal que regule las competenci­as autonómica­s, aunque también la respaldan más del 30% de los electores de ERC o PDECat . Sin embargo, esa regulación solo puede ser interpreta­da restrictiv­amente por los votantes de centro derecha (los más partidario­s de anular o, como mínimo, recortar el autogobier­no), mientras que para los electores nacionalis­tas se trataría de incluir entre esas competenci­as la autodeterm­inación (pues hasta el 80% de esos votantes apuestan por un Estado que admita el derecho a la independen­cia).

Las divergenci­as son aún más visibles en la inclusión de los derechos sociales en la Carta Magna, que respalda en mayor medida el electorado de izquierda que el de centro derecha. Y aunque el desacuerdo se enmascara en la reforma del sistema electoral, que apoyan por igual los votantes del PP y Cs, las preferenci­as van segurament­e en dirección opuesta: modelo mayoritari­o, los primeros, y proporcion­al, los segundos. Así pues: ¿apoyo a una reforma o a una contrarref­orma?

La regulación del autogobier­no es el tema más señalado, pero unos para recortarlo y otros para ampliarlo

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