Parálisis europea
El estancamiento de Italia reduce el crecimiento a la mitad en el tercer trimestre
Los últimos datos confirman que el crecimiento de la zona euro se ralentiza, la economía italiana se estanca y cae la confianza económica.
El crecimiento de la zona euro se ralentiza, la economía italiana se estanca y cae la confianza económica. Son tres datos conocidos ayer que disparan algunas alarmas, y confirman que los tiempos de crecimiento sólido que vivió la zona euro en el 2017, llegando al 2,4%, ya forman parte del pasado y que habrá que resignarse y adaptarse a un frenazo del crecimiento más duro incluso del que se preveía.
La cifra más significativa es la que se refiere al crecimiento de la zona euro, que se limitó a un ínfimo 0,2% en el tercer trimestre del 2018, es decir la mitad de lo conseguido en los trimestres anteriores, y el peor dato desde el 2014. Son las primeras estimaciones publicadas ayer por Eurostat. Uno de los factores que han frenado el crecimiento, tanto en la zona euro como en el conjunto de la UE, fue el estancamiento de la economía italiana, la tercera mayor de la eurozona, y que dejó de crecer por primera vez desde hace 4 años. Las cuatro décimas que creció Francia no han compensado la ralentización del conjunto.
La economía de la zona euro se frena pues a un ritmo más brusco del pronosticado, y ello cuando los 19 en particular y la Unión Europea en su conjunto, atraviesan zonas de turbulencias. Por un lado las difíciles y encalladas negociaciones sobre el Brexit con sus potenciales efectos en caso de que se desemboque en una salida del Reino Unido sin acuerdo. Por otro, la bomba de relojería italiana, con un gobierno populista desafiando abiertamente a la Comisión Europea sobre la rectificación que le exigió de su presupuesto, y que debe presentar antes del 13 de noviembre. Y además, sigue levantada la espada de Damocles de un potencial enfrentamiento comercial con los Estados Unidos de Donald Trump.Todo ello en un escenario en que el BCE sigue con su política de reducción de los estímulos con que está regando la economía. La pasada semana, el presidente del BCE, Mario Draghi, dijo que aunque los últimos datos mostraban una evolución de la economía de la zona euro “algo más débil de lo esperado”, confiaba que se tratara de un impulso más débil, pero no de un retroceso.
Aunque desde la Comisión Europea se intentó ayer destacar la cara optimista de estos datos, algunos analistas dibujan un panorama más pesimista. Portavoces del ejecutivo comunitario indicaron que “aunque el ritmo del crecimiento se haya ralentizado, los elementos fundamentales para un crecimiento sostenible se mantienen”, subrayando además que la zona euro ya suma 22 trimestres consecutivos de expansión. Afirmaciones verídicas, pero probablemente insuficientes para hacer un buen retrato del estado de la
La confianza en la economía cae en la eurozona y en los países grandes, pero sube en España
economía. “No esperen que esto mejore mucho” advirtió Bert Colijn, analista de ING, que apuntó que la tasa de crecimiento del 0,4% que se registró en el segundo trimestre, y que entonces pareció “decepcionante”, bien podría convertirse en “el último hurra del ciclo de crecimiento.”
Por otro lado, también ha caído el índice de confianza económica de la eurozona, que en octubre se redujo a 109,8 puntos, frente a los 110,9 del mes anterior, lo que supone su peor lectura desde mayo del 2017. En el conjunto de la UE la confianza también se reduce 8 décimas hasta un 110,4 puntos. “La caída en el sentimiento de la zona euro fue causada por el debilitamiento de la confianza en la industria, los servicios, y particularmente el comercio minorista” indica la Comisión europea, señalando que entre las mayores economías de la zona euro sólo subió España (un 1,9%), mientras que registró pérdidas en Alemania (-1,3%), Francia (-1,2%) e Italia (-0,9%).