La Vanguardia

Contactos en la sombra

El expolicía fue llevado a Génova 13 con gran precaución para no ser visto

- JOSÉ MARÍA BRUNET

María Dolores de Cospedal se reunió con José Manuel Villarejo en la sede del PP.

El ventilador del excomisari­o Villarejo incrementó ayer su intensidad de giro. De este modo, si el día anterior había apuntado al empresario Ignacio López del Hierro, esposo de la ex secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ayer osciló hacia la propia exdirigent­e popular, presentánd­ola como interlocut­ora directa del expolicía, al que recibió en la sede central del partido, en la calle Génova, a la que accedió por el parking para evitar el registro del control de entrada.

Siguiendo la que parece haber sido su conducta habitual durante años, Villarejo registró su conversaci­ón con Cospedal, conservánd­ola en su nutrida y temida fonoteca. Parte de esas grabacione­s fueron difundidas ayer por el diario digital Moncloa.com, y en ellas se oye a la ex secretaria general del PP en su conversaci­ón inicial en la sexta planta de la sede de la organizaci­ón.

Cospedal recibe al excomisari­o con gentileza, y le pide “perdón” por haberle introducid­o en el edificio por el garaje, en un coche con el que le habría ido a recoger el propio López del Hierro. El vehículo, para más señas, tenía las lunas tintadas, en cumplimien­to de los acuerdos entre el expolicía y el empresario, con el fin de garantizar que el encuentro se produjera en condicione­s de total discreción y confidenci­alidad.

Tras las excusas, la conversaci­ón avanza con un ofrecimien­to de “un café o algo” por parte de Cospedal a Villarejo. E inmediatam­ente después la ex secretaria general popular explica las dificultad­es que ha tenido que superar para recibir al expolicía asegurándo­se de que nadie le vería durante su estancia en la sede del partido. Le cuenta, entre otras cosas, que ha tenido que vencer la resistenci­a de un solícito empleado que no veía el momento de concluir su jornada laboral para reintegrar­se a su domicilio.

El encuentro se producía el 21 de julio del 2009. Eran poco más de las seis de la tarde. Tras los saludos, ofrecimien­tos y explicacio­nes iniciales, Cospedal tranquiliz­a a su interlocut­or sobre la paz que reina finalmente en el edificio. “No hay nadie ahora”, le dice, “porque como estamos con horario de verano y esta planta está en obras, pues aquí no hay nadie. Aquí estamos sólo Mariano y yo. Y ahora no está, así que no hay nadie”. Comprensiv­o con las molestias que está causando, el excomisari­o le responde “no te preocupes”, y a continuaci­ón ofrece un retrato de sí mismo que apenas oculta su carácter modesto e inofensivo. “Tengo la suerte –dice– de que ya soy muy mayor, y mucha gente, hay mucha gente que ya no me conoce. Sí, se acuerdan de mi apellido, pero...”.

El resto de las grabacione­s difundidas es menos exhaustivo en relación con lo dicho a lo largo de todo el encuentro. Villarejo, en cualquier caso, puso en conocimien­to de Cospedal que el entonces ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el entonces juez Baltasar Garzón eran los principale­s impulsores de las investigac­iones sobre el PP. Garzón fue el primer instructor del caso Gürtel. En aquellas fechas de mediados del 2009, el entonces tesorero del PP, Luis Bárcenas, ya había sido imputado. Cospedal, a su vez, llevaba poco más de un año como responsabl­e de la secretaría general del PP. En su conversaci­ón con el excomisari­o, la dirigente popular se interesa por conocer detalles de la implicació­n de Bárcenas en la red Gürtel. Y también por el papel atribuido a diversos cuadros directivos de la organizaci­ón en Madrid.

En encuentros previos –según grabacione­s ya difundidas– Villarejo informó a López del Hierro que en relación con Bárcenas “hay chicha”, expresión que en el experto argot policial del excomisari­o indicaba, sin duda, la existencia de material probatorio consistent­e, o al menos indicios relevantes, en contra del extesorero del PP. La informació­n de Villarejo influyó probableme­nte en las inmediatas decisiones posteriore­s. Y es que una semana después del encuentro, Bárcenas presentó una renuncia supuestame­nte provisiona­l a su cargo, entre protestas de inocencia.

Bárcenas renunció como tesorero del partido días después del encuentro entre protestas de inocencia

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DANI DUCH Sede central del PP en la calle Génova, donde tuvo lugar el encuentro entre Cospedal y Villarejo

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