La Vanguardia

Aprender a vivir sin ella

Alemania ha estado poco presente en la UE desde las últimas elecciones

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

Angela Merkel ha sido un factor de continuida­d y estabilida­d en la Unión Europa, pero su tiempo ya ha pasado. Mejor que nos hagamos a la idea, nos guste o no. No es sólo que el anuncio de su retirada gradual haya debilitado su posición en Berlín y en Bruselas, en el seno de la coalición que dirige Alemania y en la gobernanza de la UE, sino también que la canciller de los últimos meses no es la que conocíamos. Desde que formó gobierno en marzo de este año, en Bruselas se la ha visto frágil en su propia casa, cuestionad­a por la CDU y en difícil equilibrio con los socialdemó­cratas, sus socios de coalición. Desde las elecciones de septiembre del 2017, Alemania ha estado poco presente en la UE. Esta casi ausencia ha llevado a la exagerada retórica y exiguos resultados del motor franco-alemán. Por mucho que Macron le daba al gas, Merkel no quiso o no pudo, y el vehículo se mantuvo al ralentí. “El tiempo de Merkel ya pasó –comenta a este periódico Stefan Lehne, analista de Carnegie Europe–. La erosión natural del atractivo personal de Merkel llega junto con el declive general de los grandes partidos”. Además, Lehne considera que Merkel comete un error no retirándos­e totalmente ahora, porque su autoridad como canciller es ahora mucho más reducida.

En los 13 años en que la canciller ha dominado Europa, Alemania ha gozado de una expansión de la economía en contraste con la crisis que azotó al resto de la zona euro. De esta manera, se erigió en el poder casi absoluto en la eurozona. Como tal, la reina Merkel ejerció de apóstol de las políticas de austeridad, lo que le acarreó tantas críticas en el sur de Europa como popularida­d en su casa. La canciller fue la mano de hierro de los ortodoxos en economía, la abanderada de la política europea frente a Trump, y la que abrió la puerta de Alemania a los refugiados durante la guerra de Siria, una decisión que acabó drenando su popularida­d y, a la larga, precipitan­do su adiós. Ahora, a la UE le toca aprender a vivir sin Merkel, o lo que puede ser más difícil, sin un poder fuerte en Berlín. “Para la UE, la ausencia de un liderazgo alemán fuerte puede acarrear problemas si estalla una nueva crisis, sea la caída de un banco italiano o un mal resultado del Brexit”, comenta Stefan Lehne.

Malos tiempos si llega una crisis, y también malas perspectiv­as para las reformas de la zona euro. Algunos creen que puede ser la ocasión de Macron para colocarse en primera línea, pero es una perspectiv­a muy discutible. Mientras, para la UE, casi tan preocupant­e como una Alemania sin Merkel puede ser una Alemania sin liderazgo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain