La Vanguardia

Venganza mortal en presidio

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

Murió como vivió. Al estilo de Pedro Navaja, “quien a hierro mata a hierro termina”. Dos reclusos, vinculados con la mafia, apalearon hasta la muerte en su celda a James Whitey Bulger, de 89 años, gánster de larga carrera criminal en su época bostoniana, confidente del FBI, huido durante más de quince años –compartió el cartel de más buscado con Osama Bin Laden–, detenido en el 2011 en California, donde residía como un vecino ejemplar, por una pista que llegó desde Islandia e inspirador de libros o películas de Hollywood.

En un nuevo traslado penitencia­rio, este lunes ingresó en el penal de Hazelton, en Virginia Occidental, conocido precisamen­te por la cantidad de bajas que se producen entre los reclusos por razones violentas.

A Bulger, que cumplía tras el juicio del 2013 una condena de dos cadenas perpetuas, lo encontraro­n sin dar señales de vida entorno a las ocho y veinte de la mañana de ayer, según un comunicado de la oficina federal de presiones. Intentaron reanimarle en vano. En esa nota no se explicaron las razones del óbito, si bien se matizó que nadie más resultó herido. También se informó de que la oficina del fiscal del distrito norte de Virginia Occidental ha abierto una investigac­ión.

Sin embargo, diversos medios, citando a funcionari­os, sostuviero­n que a Whitey le “ejecutaron” al poco de llegar un par de presos afiliados al crimen organizado sin que precisaran qué asociación en concreto.

Antes de llegar a este centro, estuvo en otro de Tucson –en Arizona, donde la relación con la psicóloga que le atendía dio pie a habladuría­s–, en Oklahoma y luego en Coleman II, en Florida. En principio, este último traslado se debió a que amenazó a uno de los responsabl­es del penal.

En Florida, en el 2015, en una respuesta a unas estudiante­s que hacían un proyecto de historia, él anotó a mano un lamento. “Desperdici­é mi vida y la gasté de manera absurda, sólo trajo oprobio y sufrimient­o a mis padres, mis hermanos y pronto acabará”. Ese momento llegó. Así se cierra el historial de un hombre que sembró el horror en Boston y su área metropolit­ana. Era un intocable, sin remordimie­ntos por aniquilar a alguien aunque se hubiera equivocado de persona. “Más valía que no te cruzaras en su camino, si lo hacías estabas acabado”, declaró Tom Duffy, un jefe policial de Massachuse­tts ya retirado cuando en el 2011 arrestaron al señor Charles Gasco, y esposa, en su casa california­na de Santa Monica. Hasta ese momento, para sus vecinos, sólo era un octogenari­o respetable que sólo llamaba la atención por su discreción.

Había desapareci­do en 1994 sin que dejara más rastro que un notorio reguero de sangre. Luego se descubrió que había sido un confidente del FBI y que alguien de dentro le chivó que estaban a punto de cogerlo. Su fuga propició una proliferac­ión de artículos, libros, sesiones en el Congreso e incluso, para mayor dolor de sus víctimas, el mito popular del irlandés que era una especie de Robin Hood en el sur de Boston.

Según su código, jamás se vendía droga a los niños o en el vecindario, se podía mentir a una mujer pero nunca a un amigo o a un socio y jamás se discutía con la autoridad. Su peripecia criminal inspiró al personaje que Jack Nicholson desarrolló en The Departed ( Infiltrado­s), título de Martin Scorsese estrenado el 2006. Y en el 2015, Johnny Depp interpretó a Bulger en el film Black Mass (Estrictame­nte criminal).

Una vez que cayó Bin Laden, las fuerzas de seguridad reactivaro­n su búsqueda. Emprendier­on una campaña mediática para tratar de hallar pistas. La llamada por teléfono que le delató llegó desde el otro lado del océano. Anna Bjornsdott­ir, que alternaba entre su país, Islandia, y California, vio en la CNN a una mujer que era idéntica a Carol, la residente puerta con puerta en Santa Mónica y amante de los gatos.

A su marido sólo lo había visto una dándo de comer al felino.

Dos reclusos afiliados a la mafia matan en

su celda a James ‘Whitey’ Bulger, histórico asesino múltiple

Al gángster, de 89 años, lo juzgaron en el 2013 tras fugarse en 1994 gracias a un chivatazo del FBI

 ?? JANE FLAVELL COLLINS / AP ?? Sin escrúpulos. Bulger, durante el juicio en Boston en el 2013, donde fue declarado culpado de once asesinatos y condenado a cadena perpetua
JANE FLAVELL COLLINS / AP Sin escrúpulos. Bulger, durante el juicio en Boston en el 2013, donde fue declarado culpado de once asesinatos y condenado a cadena perpetua
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