La Vanguardia

Casado mantiene por ahora un apoyo prudente a la ex secretaria general

- C. DEL RIEGO

No saldrá, dicen en el PP, y por lo menos aún no ha salido, ni una sola palabra de apoyo de la boca del presidente del partido, Pablo Casado, a la ex secretaria general, María Dolores de Cospedal. Ni de apoyo ni de crítica por sus conversaci­ones y las de su marido con el excomisari­o José Manuel Villarejo. A la espera de conocer los contenidos de las conversaci­ones que previsible­mente se filtrarán en los próximos días, la dirección del PP aguarda.

Sólo la portavoz popular en el Congreso, Dolors Montserrat, vinculada a Cospedal –dirigió su campaña en las primarias–, que la promocionó en la dirección del PP de Casado, tras hacer campaña a su favor, expresó su apoyo a la ex secretaria general.

Cospedal, afirmó ayer Montserrat, “tiene todo nuestro apoyo”. No hizo más comentario­s y se remitió al comunicado, emitido el lunes por la exsecretar­ia, que subrayaba que la conversaci­ón entre su marido y Villarejo no había cambiado nada.

Aunque desde el PSOE y Podemos se piden explicacio­nes al PP y la dimisión a Cospedal –ocupa un escaño en el Congreso, es presidenta de la comisión de Exteriores y miembro del comité ejecutivo del partido–, fuentes cercanas a la ex número dos de los populares aseguran que no tiene intención de dejar sus actuales responsabi­lidades políticas, porque cree que no ha actuado de forma incorrecta. El partido del que era responsabl­e estaba inmerso en varias investigac­iones policiales, que la dirección popular que presidía Mariano Rajoy considerab­a teledirigi­das y una cacería contra el PP, y trató de averiguar por todos los medios lo que había de verdad y de montaje en esas instruccio­nes.

De hecho, Cospedal denunció unos días después de su reunión con Villarejo en su despacho de la calle Génova que dirigentes de su partido estaban siendo objeto de escuchas telefónica­s ilegales.

En la dirección del PP no se atreven a aventurar cómo puede acabar Cospedal una vez que se conozca el contenido de sus conversaci­ones con Villarejo, pero tampoco les importa demasiado.

Lo que tienen claro es que este caso sólo puede afectar al PP si alguien de la actual dirección se viera implicado en ella, y están seguros de que eso no sucederá. Por lo menos, aseguran en el partido, no habrá ninguna conversaci­ón de Casado, con lo que su liderazgo saldrá intacto.

Hasta el president del PP vasco, Alfonso Alonso, que no apoyó la candidatur­a de Casado y apostó por Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró ayer que el escándalo de las escuchas no puede afectar a la actual dirección. “Hay una nueva generación al frente del PP. ¿La nueva generación tiene que seguir siendo culpable de los pecados de sus abuelos? ¿Hasta qué generación?”.

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