Retrato del asesino improbable... y real
Ortega relata la historia de Carlos Robledo, el veinteañero argentino que mató a 11 personas
Carlos Robledo Puch es el preso más antiguo de las cárceles argentinas. Tiene 66 años, pero ingresó en prisión a los 20, cuando fue detenido como autor de once asesinatos. Ahora, el considerado como el Charles Manson sudamericano es el personaje central deEl ángel, película que hoy llega a España tras haber sido vista por más de 1,3 millones de espectadores en el país donde nació y actuó en los primeros 70. El director del filme, Luis Ortega, trata de transmitir la idea del asesino “inocente” detrás del que, en todo caso, era un asesino improbable.
“En aquella época –explica el cineasta–, se creía que un chico guapo no te iba a matar”. Un tipo tan malo como para cargarse a 11 congéneres tenía que ser “orejudo, narigón y a ser posible negro”, señala, y añade que probablemente el prejuicio subsiste aún.
Tal como lo ve Ortega, en la mente de Carlitos, como se llama en el filme, “no existe el bien y el mal ni mucho menos la muerte, que para él es sólo una puesta en escena inventada por la gente”. Por eso el chaval, que empieza a delinquir a los 17, “dispara como si lo hiciera contra la matriz de un comportamiento humano artificial y falso”, contra el teatro del mundo, “sin percibir la tragedia real” en ningún momento.
El angelical asesino, interpretado por Lorenzo Ferro de manera como poco eficaz, ama el cine y la música. “El acto de matar forma parte, en él, de una forma de actuar bastante ingenua que tiene que ver con las películas y con esa idea de que la muerte no existe”, dice el realizador.
Al mismo tiempo, “un asesino con buenas intenciones sólo puede existir en el cine o en un poema”. En cuanto a la realidad, Ortega opina que “no siempre un acto que puede desencadenar una tragedia está cargado de maldad o de odio”. Pero, claro, “la idea de entender a un niño criminal está fuera del alcance de la sociedad”... Salvo en algunas pelis, efectivamente, y esta es una de ellas.