Sánchez presentará ante la UE un paquete de reformas estructurales
La empresa familiar critica al Gobierno por adoptar sólo “medidas a corto plazo”
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció ayer que su ejecutivo prepara un paquete de reformas estructurales para un crecimiento sostenido de la economía española que se presentarán “en breve” ante la Comisión Europea. Lo avanzó en la clausura del XXI Congreso Nacional de la Empresa Familiar, ante más de 600 directivos, y añadió que esta “agenda del cambio” persigue generar “una mayor productividad y mejorar la competitividad que ha retrocedido en los últimos años, y ganar cohesión social y territorial”.
Este paquete de reformas incluirá siete ejes, entre estos una transición energética, la lucha contra el cambio climático, reformas en las políticas activas de empleo y también en el sistema universitario y de formación profesional. También prevé el despliegue de la tecnología 5G, el apoyo al emprendimiento, la digitalización de la administración pública y el fortalecimiento de la calidad institucional “para mejorar la actividad de los mercados”.
Momentos antes de relatar las reformas que prepara su gobierno, Pedro Sánchez tuvo que escuchar una dura crítica del presidente del Instituto de la Empresa Familiar, IEF, Francisco Riberas, quien valoró que “no podemos permitirnos que se sigan adoptando medidas a corto plazo con la finalidad principal de garantizar la gobernabilidad”.
La crítica venía precedida de una reflexión de Riberas: “Nuestra economía se encuentra hoy en peor estado que el que tenía en el 2008, a nivel de endeudamiento público o desempleo, para afrontar una futura recesión. Ese posible cambio de ciclo que llegará antes o después no puede pillar a España sin los deberes hechos”.
Para ello, exigió a Pedro Sánchez “tomar medidas e implementar reformas porque precisamos avanzar sin dilación”, y lamentó las continuas reformas del sistema educativo en España. Al tiempo exigió, como hiciera el día anterior Juan Roig, presidente de Mercadona, un esfuerzo de “todos” por mejorar la imagen de los empresarios ante la sociedad.
Pedro Sánchez aprovechó su discurso para anunciar que tiende la mano al PP y a Ciudadanos para aprobar los presupuestos generales del Estado. “Si hay voluntad real de que no haya bloqueo, el Gobierno está dispuestos a hablar con todas las fuerzas políticas”, afirmó. “El bloqueo tiene que ser del pasado, el presente y el futuro tienen que estar presididos por la voluntad de hablar y dialogar”.
Sin embargo, dos horas antes, el presidente del PP, Pablo Casado, y en el mismo foro, lanzaba un mensaje en dirección contraria al de Pedro Sánchez, y pedía a Ciudadanos cambiar de actitud e “ir juntos” para “no facilitar unos malos presupuestos que son la semilla de otra nueva recesión económica en España”. Es decir, que el partido de Albert Rivera mantenga el bloqueo en el Congreso.
El líder popular valoró que estos presupuestos “diseñados por un gobierno que se apoya en batasunos, independentistas y populistas” ponen en riesgo “la recuperación económica en España”. Y advirtió que “ahora no toca subir impuestos, hay más ingresos que hace unos años y lo que toca es controlar el gasto público y el déficit, como hacen todos los gobiernos en Europa; este gobierno va justo en la dirección contraria a lo que es necesario”. Y concluyó diciendo que “me preocupa que unos presupuestos del Estado se puedan negociar en una prisión”.
Pablo Casado también ofreció al cónclave reunido en València su particular receta para reactivar la economía española, radicalmente contraria a la propuesta por el PSOE y Podemos. En este sentido, apostó por reducir impuestos, la deuda, los costes
Casado afirma que los presupuestos “son la semilla para iniciar una nueva recesión en España”
del mercado laboral, los costes de la burocracia, los costes de la energía, cambiar el modelo educativo (centralizándolo y dejando que sea el Gobierno quien decida las asignaturas troncales en España) y la adaptación a la revolución digital de las empresas. Y añadió que los presupuestos del Gobierno “son la peor receta para España”.