CÓMO ADAPTARSE AL CAMBIO DE ESTACIÓN
La reducción de horas de luz y la bajada de temperaturas en los meses de otoño e invierno provocan que el organismo tenga que adaptarse a las nuevas condiciones. Cuidar la dieta, dormir bien, hacer ejercicio y la práctica de otros hábitos saludables te pe
Aliméntate bien.
Una alimentación equilibrada y variada ayuda a mantener a raya los resfriados y las gripes y a conservar nuestra energía intacta. En esta época del año, es aconsejable asegurar la ingesta de productos ricos en vitamina C, presente en cítricos, tomates y en algunas hortalizas y verduras de hoja verde, como las espinacas o las coles. También se deben tomar alimentos que aporten al organismo vitamina E, que contribuye a defendernos de las infecciones y de los procesos inflamatorios y se encuentra en avellanas, pimientos o calabazas. Asimismo, debes asegurar un aporte suficiente de otros micronutrientes, como la vitamina B o el hierro, un excelente antifatiga.
Haz ejercicio.
Además de mantener a raya las dolencias cardiovasculares y de mejorar la forma física en general, el deporte también aporta beneficios sobre la salud mental, contribuyendo a luchar contra el decaimiento y la depresión y, en general, mejorando nuestro estado de ánimo gracias a las endorfinas, un tipo de hormonas que producen sensación de relajación y bienestar. Por ello, los expertos en actividad física aconsejan la práctica de ejercicio moderado, al menos, tres días a la semana. No es necesario apuntarse al gimnasio. Escoge una actividad que te guste u opta por salir a caminar (30 minutos al día es suficiente, ¡mucho mejor si es en compañía!).
Refuerza tus defensas.
Además de asegurar una alimentación saludable, en los cambios de estación es habitual reforzar el sistema inmunológico con complementos naturales como la miel o la jalea real, con propiedades antibacterianas. El jengibre también contribuye a prevenir las gripes, las infecciones y los dolores, alivia los problemas intestinales y tiene propiedades antiinflamatorias y analgésicas. Dentro de este grupo también se encuentra el propóleo, con alto contenido en flavonoides, compuestos con propiedades inmunoestimulantes, antiinflamatorias y analgésicas, de ahí que sea adecuado para combatir las afecciones respiratorias o de la garganta.
Descansa lo suficiente.
Un correcto descanso es imprescindible para que el cuerpo pueda recargar pilas y mantener los niveles de actividad diarios. Durante el tiempo de sueño, el organismo libera hormonas necesarias para su buen funcionamiento, se regenera, fija los recuerdos y lo aprendido durante el día, etc. Por eso, dormir bien y el tiempo necesario es beneficioso para reforzar el sistema inmunológico, mejorar el estado de ánimo, asegurar nuestro rendimiento estando alerta y concentrado, así como para acabar con el estrés generado a lo largo del día. Un descanso incorrecto disminuye la capacidad de las defensas y produce fatiga e irritabilidad, entre otros problemas.
Bebe líquidos.
El hecho de que pasemos más tiempo dentro de espacios cerrados, unido al uso de la calefacción provoca que las vías respiratorias se resequen, de ahí que sea aconsejable beber líquidos que ayuden a mantener las mucosas hidratadas. Aunque la sensación de sed suele disminuir en los meses fríos, es importante tomar consciencia de la importancia de asegurar una ingesta de líquidos suficiente. No es necesario que te limites a beber agua, puedes aprovechar para aumentar el consumo de verduras y frutas, así como de caldos o infusiones, bebidas calientes que contribuirán, también, a regular tu temperatura y combatir el frío.
Ríete.
La risa nos aporta numerosos beneficios, tanto a nivel físico como psicológico. Los expertos en salud indican que reírse refuerza el sistema inmunológico, ayudando a prevenir infecciones y enfermedades degenerativas. Además, moviliza cerca de 400 músculos, entre ellos los del estómago, y "masajea" los de la zona abdominal, contribuyendo a mejorar el proceso de digestión. A nivel psicológico, durante la risa, el cuerpo segrega las conocidas como hormonas de la felicidad, las endorfinas y dopaminas, contribuyendo a la prevención de trastornos como la ansiedad o la depresión y disminuyendo el estrés a través de una actitud positiva.
Las enfermedades respiratorias son más habituales durante los meses fríos. Para prevenirlas, asegura una hidratación suficiente, descansa, evita los cambios de temperatura bruscos y el tabaco, cuida tu alimentación
y potencia las medidas de higiene para prevenir el contagio.