DEFENSAS PARA URBANITAS
El humo, el monóxido de carbono, los metales pesados, los gases nocivos y la luz azul que asedian nuestra piel en la ciudad han disparado el lanzamiento de cosméticos para hacer frente a estos enemigos contaminantes.
Desde una irritación superficial a una destrucción de las células de la dermis en mayor profundidad. Así afecta la polución a nuestra piel, acelerando su deshidratación, opacidad y envejecimiento prematuro en forma de manchas, líneas de expresión y arrugas. Esta amenaza llega hasta la cuarta capa de la piel, la microbiota, compuesta por una gran diversidad de bacterias, hongos y virus, que actúa como una barrera de protección física e inmunológica. La respuesta cosmética «defensora» abarca un amplia gama de productos: sérums, cremas, maquillajes y complementos nutricionales cuyo objetivo es preservar el agua en el interior de la piel y actuar de filtro contra todos los elementos contaminantes.
CÓMO AFECTAN A NUESTRA PIEL…
Las partículas en suspensión.
Son las responsables de la mayoría de los problemas de irritaciones y alergias.
El humo. Aumenta la pérdida de agua transepidérmica y degrada el colágeno y las fibras elásticas, lo que repercute en la firmeza de la piel.
Los oxidantes reactivos y los radicales libres del humo causan estrés oxidativo e inhibición de los mecanismos con propiedades antioxidantes.
La luz azul. Es la causa principal del tono apagado de nuestra piel. Aumenta la generación de radicales libres que favorecen la aparición de arrugas y la falta de firmeza. Asimismo, reduce los niveles de vitamina E y C y disminuye el aporte de oxígeno a los tejidos. Losgasescontaminantes.Producenlesiones muy similares a las ocasionadas
por la exposición excesiva a la radiación solar, como son el enrojecimiento o el ardor.
La dermatitis irritante es causada por estas sustancias químicas, que atacan directamente a la piel.
Los metales pesados. Pueden ser causa de dermatitis. Los que afectan más directamente a la piel son el cromo, el estaño y el manganeso, que irritan la piel y las mucosas.
El monóxido de carbono. Es responsable de la hipoxia tisular por carencia de aporte de oxígeno a los tejidos. El metabolismo de la piel se ralentiza provocando «piel apagada», envejecimiento prematuro y sequedad.
Los radicales libres. Provocan lesiones oxidativas y contribuyen al envejecimiento prematuro o a alteraciones en el ADN de las células cutáneas.