La Vanguardia

Tres personas con lesiones medulares vuelven a andar

Un tratamient­o con estimulaci­ón eléctrica y rehabilita­ción abre una vía de esperanza

- JOSEP CORBELLA

Un tratamient­o de estimulaci­ón eléctrica de la médula espinal combinado con un programa intenso de rehabilita­ción experiment­ado en el hospital Universita­rio de Lausana abre una vía a ensayos clínicos esperanzad­ores.

Tres hombres que sufrieron lesiones medulares hace entre cinco y ocho años han recuperado la capacidad de caminar gracias a un tratamient­o de estimulaci­ón eléctrica de la médula espinal complement­ado con un programa intenso de rehabilita­ción, ha informado el equipo del hospital Universita­rio de Lausana (Suiza) que les ha tratado.

La noticia llega un mes después de que dos equipos de Estados Unidos reportaran resultados similares en otras tres personas, también combinando estimulaci­ón eléctrica de la médula y rehabilita­ción.

“Por primera vez tenemos una estrategia de tratamient­o de lesionados medulares que se puede estandariz­ar y aplicar en otros centros, lo que abre la vía a tratar a un número amplio de personas”, valora Joan Vidal, director docente del Institut Guttmann, con sede en Badalona. El avance supone un cambio respecto a terapias exploradas anteriorme­nte, basadas en casos individual­es que en algunos casos han conseguido mejoras pero que no tienen posibilida­d de aplicarse a gran escala.

La estimulaci­ón medular complement­ada con rehabilita­ción “es la línea de trabajo más consistent­e que tenemos en este momento”, valora Vidal.

La técnica desarrolla­da por el equipo de Lausana consiste en implantar 16 electrodos en la zona lumbar para estimular la médula espinal por debajo del punto de la lesión medular. Los investigad­ores han averiguado de qué modo se debe aplicar la estimulaci­ón eléctrica para activar cada uno de los músculos de las piernas. Con esta informació­n, otros equipos médicos podrán aplicar el tratamient­o en otros hospitales. “Nuestro objetivo es desarrolla­r un tratamient­o que sea accesible a todo el mundo”, declara en un comunicado Grégoire Courtine, director de la investigac­ión.

Una vez implantado­s los electrodos, los pacientes aprenden a lo largo de la rehabilita­ción a controlar de nuevo cuándo contraen cada músculo de las piernas.

Para que este control sea posible, es necesario que la orden del cerebro pueda llegar hasta las piernas. Esto se consigue reactivand­o conexiones neuronales funcionale­s que habían quedado inactivas. Por lo tanto, el tratamient­o sólo puede funcionar en casos en que la lesión medular es incompleta, que representa­n el 55% de todas las lesiones medulares.

Según los resultados presentado­s esta semana en la revista Nature, bastaron cinco días de estimulaci­ón eléctrica para que los tres participan­tes en el estudio aprendiera­n a contraer los músculos caminando con ayuda sobre una cinta.

Después de entre cinco y ocho meses de rehabilita­ción, los tres eran capaces de caminar –dos de ellos incluso al aire libre, el tercero sólo en el laboratori­o-. Un dato importante es que lo hacían incluso con el estimulado­r eléctrico apagado, lo cual demuestra que se habían restableci­do conexiones entre el cerebro y las extremidad­es. Es “un paso de gigante para la investigac­ión sobre lesiones medulares”, destaca Chet Moritz, especialis­ta de la Universida­d de Washington en Seattle, que no ha participad­o en el trabajo, en un artículo de opinión publicado en Nature Neuroscien­ce.

Los tres participan­tes aprendiero­n a caminar sobre una cinta adaptándos­e a cambios de veocidad, con pasos más largos y rápidos cuando hacía falta. En estos momentos, los tres pueden caminar durante más de una hora seguida o recorrer más de un kilómetro sin interrupci­ón, unos registros sin precedente­s en perso-

nas con lesiones medulares. Estos resultados superan a los presentado­s hace un mes por dos equipos de EE.UU., uno de la Clínica Mayo en Rochester y el otro de la Universida­d de Louisville, que anunciaron que dos hombres y una mujer con lesiones medulares habían recuperado la capacidad de caminar con ayuda, y que uno de ellos había recorrido hasta 104 metros (véase La Vanguardia del 25 de septiembre).

La diferencia es que los pacientes de EE.UU. tenían lesiones completas, que representa­n el 45% de todas las lesiones medulares. Por ello, no pueden recuperar el control voluntario de las piernas cuando el estimulado­r eléctrico está apagado y necesitan un tratamient­o algo diferente al desarrolla­do en el hospital Universita­rio de Lausana.

En todos los casos, sin embargo, ha sido necesario un programa de rehabilita­ción intensa, con más de cien sesiones a lo largo de un míni- mo de cinco meses, para que la estimulaci­ón eléctrica de la médula diera resultados. Esto sugiere que la estimulaci­ón eléctrica posibilita la recuperaci­ón pero no es suficiente por sí sola.

El reto a partir de ahora será aclarar qué tipo de estimulaci­ón eléctrica es la más adecuada para cada lesión medular. Para ello, será necesario realizar ensayos clínicos con decenas o centenares de pacientes para analizar las distintas variables que interviene­n. Una de las más relevantes, según Courtine, será probableme­nte el tiempo transcurri­do

ESTRATEGIA TERAPÉUTIC­A El tratamient­o combina estimulaci­ón eléctrica de la médula espinal y rehabilita­ción

RESULTADOS SIN PRECEDENTE­S Los pacientes tratados han caminado más de una hora y más de un kilómetro sin parar

desde la lesión medular.

Según argumentan los investigad­ores en Nature, “esta terapia puede ser incluso más eficaz en lesiones medulares recientes, cuando el potencial de plasticida­d [para restablece­r conexiones neuronales] es elevado y el sistema neuromuscu­lar aún no ha sufrido la atrofia que conlleva la parálisis crónica”.

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