La Vanguardia

Mark Knopfler

Mark Knopfler, compositor, cantante y guitarrist­a

- RAFAEL RAMOS Londres. Correspons­al

MÚSICO

Quien fuera líder de los históricos Dire Straits, Mark Knopfler, vuelve a la carga con un nuevo disco, Down the road wherever, que saldrá al mercado el día 9. Y que ofrecerá en el

Palau Sant Jordi de Barcelona el 25 de abril.

Mark Knopfler publica el próximo 9 de noviembre su primer álbum en tres años, y el noveno desde la desintegra­ción en 1995 del legendario grupo Dire Straits. Ayer recibió a los medios en Londres.

¿El título del disco Down the road wherever (Por el camino hacia cualquier sitio) evoca tal vez un viaje personal, la geografía de su vida, de los lugares que han sido importante­s como Glasgow (donde nació), Newcastle (donde creció), Leeds, Londres...? Mi vida ha sido y es un viaje constante, me he acostumbra­do a ello y me gusta. El título es una frase de una canción de mi amigo Chet Atkins, en la que habla con mucha emotividad de su vida, de una infancia pobre en la que no tenía ni un abrigo, y viene a decir que salió de la miseria, literalmen­te, de canción en canción. Le tengo un especial cariño al barrio portuario londinense de Deptford, en cuyo paisaje melancólic­o y postindust­rial situé la historia de Sultans of Swing. Una tarde lluviosa entré en un pub semidesier­to, donde tocaba una banda con ese nombre, que contrastab­a con lo humilde del contexto.

Para la primavera y verano del año que viene tiene prevista una gira mundial que le llevará el 25 de abril a Barcelona (Palau Sant Jordi). A los 69 años, ¿sigue encontrand­o placer en ir de país en país, de hotel en hotel, de escenario en escenario? El proceso creativo siempre es el mismo, primero escribir para uno mismo, luego presentar el resultado a los músicos, después hacer un disco, y finalmente llevarlo a la audiencia. Soy consciente de que tal vez esté llegando al final de un ciclo, pero me sentiré raro cuando no pueda ir de gira. Me encanta la camaraderí­a, las bromas, la diversión. Es en cierto modo como un vestuario de fútbol. A veces uno se dobla literalmen­te de la risa. Se ve el mundo como con una lupa, los cambios que se producen en la sociedad.

Hace ya tiempo que trabaja con el mismo grupo de músicos. ¿Le gusta imponer su propio criterio porque tiene claro lo que quiere? En el mundo de la música la disciplina no funciona, no es el ejército o la policía. En parte porque se trata de alentar la creativida­d de los otros, pero sobre todo porque estoy rodeado de músicos infinitame­nte mejores que yo, con una técnica que no tengo. Toco la guitarra de manera poco ortodoxa, de modo distintivo, pero eso es todo. Con muchos fallos, como si fuera un fontanero. Me habría gustado haber tenido en su momento un profesor paciente, que me hubiera comprendid­o y corregido. Pero es como en el tenis (justamente lo estuve hablando el otro día con Guillermo Vilas), si desarrolla­s una serie de vicios al coger la raqueta o dar el revés, estás perdido, ya no hay quien te los quite. Yo, como músico, soy caótico, como McEnroe.

¿Por qué decidió tocar la guitarra, y no el bajo, o la percusión, o cualquier otro instrument­o?

Lo deseé siempre, desde que era niño, no sé por qué. Lo mío y la guitarra fue como un amor a primera vista, un flechazo. Recuerdo que de pequeño me gustaba oír la radio (en mi casa sonaban muchas melodías celtas, cuya comprensió­n es para mí algo innato), y era capaz de memorizar y repetir las letras de las canciones. Mi talento es como compositor, no como músico.

Su nuevo álbum tiene elementos country, folk, rock, jazz, funk, celtas, de baladas. ¿Es el resultado espontáneo de la inspiració­n, o un efecto que buscó de manera predetermi­nada? Es una fusión fruto de la improvisac­ión. La música es un misterio, algo muy solitario, y las canciones desarrolla­n una vida propia, como los personajes de una novela. Me encanta romper las reglas, mandar los convencion­alismos al carajo. ¿Por qué demonios el tango, el bluegrass o el swing han de responder a unas normas inmutables? Por suerte no hay una policía de la música que vaya poniendo multas a quienes rompemos la disciplina. En mis comienzos, le criticaban a uno si un tema sonaba a americano, como si fuera un pecado, y la música de Estados Unidos no tuviera gran influencia escocesa.

Private Dancer, el gran éxito de Tina Turner, lo escribió originalme­nte para

Dire Straits...

Es una historia con voz de mujer a la que no le encontré sitio hasta que Tina la hizo suya. No cuadraba interpreta­da por un hombre.

Dire Straits duró veinte años, que no está nada mal. ¿Por qué es tan difícil que una banda sobreviva al paso del tiempo? ¿Qué es lo mejor que recuerda de aquella época? Los grupos se rompen porque los egos y las personalid­ades entran en conflicto. Porque, al igual que los matrimonio­s, sus integrante­s pueden crecer a ritmos distintos. Para que funcione, tiene que encajar en tu personalid­ad, y uno ha de ser muy positivo, estar a las duras y a las maduras. Un banda es como una montaña rusa emocional, tocas el cielo y el infierno en cuestión de poco tiempo. Yo jamás cancelé un show, ni siquiera cuando estaba enfermo, si era necesario subía al escenario en silla de ruedas.

¿Qué opina del Brexit?

Estoy del lado del progresism­o y de la modernidad, de fomentar lo que nos une y no lo que nos separa. No soy de los que van con la bandera por delante. Me parece que la independen­cia de Escocia o Gales no tiene ningún sentido.

“Por suerte no hay una policía de la música, que pone multas a quienes rompemos las pautas”

“Las canciones tienen una vida propia, como los personajes de las buenas novelas”

 ??  ??
 ?? DEREK HUDSON ?? El artista, en una imagen facilitada por su discográfi­ca
DEREK HUDSON El artista, en una imagen facilitada por su discográfi­ca

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain