La asirióloga madrileña, profesora de la UB, es la máxima autoridad mundial en inscripciones neobabilónicas
Apenas se la reconoce entre los jóvenes que salen de las clases de la Facultad de Geografía e Historia, situada en el Raval de Barcelona, en la que enseña Arqueología. Rocío da Riva (Madrid, 1972) es una figura menuda, delgada, vestida de forma informal. Sonríe jovialmente y explica que a punto ha estado de anular la cita con La Vanguardia por un problema de Renfe que ha tenido a
Traduce también poemas antiguos en los que se relatan las andanzas de reyes y dioses
los pasajeros del regional esperando en Girona, donde reside. ¡Y eso que ha corrido a dejar al niño a la escuela para llegar a tiempo! Cuando ha visto que la avería iría para largo ha saltado al AVE. En fin, cuitas de ciudadana que contrastan con descubrir sus extraordinarios conocimientos sobre Babilonia, por los que le invitan a dar conferencias en universidades como Harvard, Oxford, Cambridge, Berlín, Munich o Jerusalén y en los museos arqueológicos más importantes, incluido el Louvre, el British o Madrid.
Da Riva es una autoridad mundial en inscripciones neobabilónicas, las marcas talladas en piedra o tablillas de arcilla que los reyes como Nabucodonosor labraban en las construcciones para datar y explicar su función. A través de esos escritos, en lenguaje cuneiforme, y los pictogramas se ha reconstruido la antigua civilización del sur de Mesopotamia que sólo se conocía por los textos bíblicos. Y la arqueóloga madrileña, premio Icrea Academia,