Vox pide 74 años de cárcel para Junqueras y que testifique Rajoy
Vox, que ejerce la acusación popular en la causa contra el proceso independentista, solicita un total de 74 años de prisión para el exvicepresident de la Generalitat Oriol Junqueras por presuntos delitos de rebelión, pertenencia a organización criminal y malversación de caudales públicos en su participación en el referéndum ilegal del 1-O y la DUI.
Pide la misma pena para los exconsellers Joaquim Forn, Jordi Turull, Raül Romeva, Dolors Bassa y Josep Rull, mientras que reclama cárcel durante 52 años para el expresidente de la ANC Jordi Sànchez; el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart; y la expresidenta del Parlament Carme Forcadell por presuntos delitos de rebelión y organización criminal.
Así lo propone el partido que lidera Santiago Abascal en su escrito de acusación difundido ayer, que consta de 60 páginas, y exige penas superiores a las de la Fiscalía del Estado, que pidió 25 años para Junqueras por rebelión agravada con malversación de fondos públicos, y penas de entre 7 y 17 años para el resto de encausados en el Tribunal Supremo.
Vox también plantea en su escrito de acusación que declaren como testigos en el juicio una lista de casi 70 testigos que incluye al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, el exministro de Hacienda Cristóbal Montoro y el exdelegado del Gobierno en Catalunya Enric Millo y el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos y el exlíder del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba, entre otros.
Vox sustenta los cargos que presenta por rebelión argumentando que para incurrir en ella “basta con alzarse, violenta y públicamente” para lograr “la separación de una parte del territorio del resto de España, sin necesidad del empleo de armas”.
Entiende así que el delito de rebelión es plenamente imputable a quienes, “conociendo el ineludible estallido de violencia social que provocarían sus arengas y actuaciones, lo incorporaron a sus planes de actuación criminal y persistieron en realizar constantes aportaciones doctrinales y propagandísticas que impulsaran la agitación social y la violencia en pos del objetivo secesionista”.
En esta línea, dice que los líderes del proceso independentistas contaban ya de antemano con “la utilización de la movilización popular” como “mecanismo sofisticado y novedoso en comparación con otros golpes de Estado ocurridos en la historia moderna occidental para desarrollar y ejecutar un proceso golpista haciéndolo pasar como si de un proceso democrático se tratara”.