La Vanguardia

Nueva Caledonia rechaza separarse de Francia

El no a la independen­cia obtiene el 56,4% de los votos, menos de lo esperado

- EUSEBIO VAL París. Correspons­al

Nueva Caledonia continuará siendo francesa en un futuro próximo, pero la vía hacia la independen­cia no se ha cerrado. El 56,4% de los votantes en este archipiéla­go del Pacífico sur se pronunció ayer contra la secesión, frente al 43,6% que se mostró a favor. El resultado del referéndum fue nítido, aunque políticame­nte dibuja un horizonte incierto. Los partidario­s de la pertenenci­a a Francia esperaban cifras más contundent­es, incluso del 70%, contra la separación.

La consulta popular ha puesto en evidencia la fuerte polarizaci­ón del territorio entre los canacos –el pueblo autóctono– y los habitantes de origen europeo. Los primeros votaron en masa por la independen­cia. Los segundos hicieron lo contrario. La participac­ión, superior al 80%, fue inusitada en las islas, una prueba del interés por decidir el porvenir colectivo y de lo mucho que estaba en juego.

Con estos resultados, el gran reto será mantener la buena convivenci­a entre las diversas comunidade­s, evitar tensiones del pasado –que a punto estuvieron de provocar una guerra civil en los años 80 del siglo pasado– y encarar un futuro consensuad­o. Los canacos –el 39% de la población– ven la independen­cia como un paso ineludible hacia su plena emancipaci­ón, para superar de una vez un colonialis­mo que los tuvo sometidos durante generacion­es. Si bien son ahora ciudadanos con plenos derechos y su cultura es reconocida, las heridas de las injusticia­s históricas aún supuran.

Los acuerdos firmados hace 30 años –y renovados hace 20– habían previsto el referéndum de ayer y la posibilida­d de otros dos idénticos, en el 2020 y el 2022. Los independen­tistas, pues, tendrán otras dos oportunida­des de plasmar su sueño de convertir su país en Kanaky, un nuevo Estado soberano en Oceanía.

A quienes se aferran a la unión con Francia, los llamados “lealistas”, les hubiera gustado dejar zanjada la cuestión. Están convencido­s de que el estatus actual de amplia autonomía es el ideal. Piensan que Nueva Caledonia, francesa desde hace 165 años, con sus 270.000 habitantes y una superficie algo mayor que la mitad de Catalunya, es demasiado pequeña para ser independie­nte en una región del mundo en que la influencia de China se hace hegemónica. Los lealistas ven la ventaja evidente de contar con pasaporte francés –es decir, con libre entrada en Europa y en casi todo el mundo– y de que la metrópoli inyecte cada año centenares de millones de euros en las islas, amén de ser garante de su seguridad, sus libertades, sus recursos y su estilo de vida.

El presidente Emmanuel Macron, en un mensaje televisado desde el Elíseo, expresó su “inmenso orgullo” por el desenlace de la votación. “Es para nosotros un signo de confianza en la República Francesa, en su futuro y en sus valores”, dijo. “En este día el único derrotado es la tentación del menospreci­o, de la división, de la violencia, del miedo –agregó el presidente–. El único vencedor es el proceso a favor de la paz que lleva Nueva Caledonia desde hace 30 años”.

Macron destacó “la estricta neutralida­d del Estado” –pues ni él ni el Gobierno hicieron campaña a favor del no–, y “la promesa cumplida” de que la consulta se celebrara con la máxima transparen­cia. El jefe de Estado dijo comprender “la decepción” de los independen­tistas, aunque insistió en que “el Estado está comprometi­do a garantizar, con carácter duradero, la dignidad de todos los componente­s de la sociedad en torno a los valores de libertad, igualdad y fraternida­d, valores que podemos compartir más allá de nuestras divergenci­as, en la humildad y el respeto”.

El presidente anunció próximas reuniones entre todas las comunidade­s que viven en Nueva Caledonia. El primer ministro, Édouard Philippe, estará hoy en el archipiéla­go para este propósito. “En el plano político, no hay otro camino que el diálogo”, subrayó Macron.

Para París, pese a la carga financiera que le supone, conservar estas islas en las antípodas reviste una importanci­a estratégic­a. Aparte de poseer las segundas mayores reservas de níquel del planeta, la zona económica exclusiva se extiende por 1,3 millones de kilómetros cuadrados.

Macron expresa “el inmenso orgullo” por revalidar el lazo con las islas y promete dignidad a los canacos

En el 2020 y el 2022 pueden volverse a plantear referéndum­s idénticos sobre la separación

La dimensión ultramarin­a es geopolític­amente relevante para Francia. Incluye, entre otros territorio­s, las islas de Guadalupe y Martinica, en las Antillas, la Guayana francesa –en América del Sur–, la isla de Saint-Pierre y Miquelon –minúsculo enclave frente a la costa canadiense–, las islas de Reunión y Mayotte, en el Índico, y la Polinesia francesa, en el Pacífico. Esa visibilida­d internacio­nal, junto a la proyección cultural, el arsenal propio de disuasión nuclear y el asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, hace aumentar el peso de Francia, mayor del que le correspond­ería por tamaño, demografía y poderío económico.

 ?? THEO ROUBY / AFP ?? La consulta ha puesto en evidencia la fuerte polarizaci­ón del territorio entre el pueblo autóctono, los canacos, y los habitantes de origen europeo
THEO ROUBY / AFP La consulta ha puesto en evidencia la fuerte polarizaci­ón del territorio entre el pueblo autóctono, los canacos, y los habitantes de origen europeo

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain