Un grupo de grafiteros detiene un metro para pintarlo y ataca a tres pasajeros por protestar
Una de las agredidas en el incidente, que tuvo lugar en la estación de Maragall durante la madrugada del domingo, está embarazada
La violencia que acompaña las acciones de ciertos grafiteros es ya un problema mayor para los operadores del metro, donde estos ataques se multiplican. Y no sólo para ellos. También para los pasajeros, como los tres agredidos el domingo en Maragall por recriminar a los grafiteros que accionaran el freno de emergencia para detener el convoy y a continuación pintarlo.
Los actos vandálicos protagonizados por grafiteros son ya el principal problema contra el que luchan los operadores del transporte ferroviario en Barcelona y en las principales ciudades. Sus acciones se recrudecen hasta el punto de que cada vez son más violentas. Y este fin de semana por primera vez agredieron a los pasajeros del metro de Barcelona.
Tres personas resultaron heridas al ser atacadas por un grupo de
34 jóvenes que se disponía a pintar en los convoyes.
Hasta la fecha los más malparados habían sido el personal ferroviario, maquinistas, revisores y vigilantes de seguridad que padecían los ataques de los grafiteros cuando les recriminaban su actuación.
En este último caso, hay que incorporar a la lista de afectados a los pasajeros. Ocurrió las 3.48 horas de la madrugada del sábado al domingo. Los vándalos irrumpiehierro. ron en la estación de Maragall de la línea 4 con sprays en la mano, escondiendo su rostro bajo una capucha. Accionaron el freno de emergencia para asegurarse de que el convoy no se pusiera en marcha y así tener tiempo para garabatearlo. La interrupción del servicio provocó la indignación de los viajeros, algunos de los cuales les reprocharon lo que estaban haciendo a lo que los grafiteros, respondieron con violencia. A una mujer embarazada le rociaron el rostro con un spray y dos pasajeros recibieron puñetazos en la cara. Aun así, las heridas no fueron de gravedad y no tuvieron que ser atendidos por los servicios médicos.
Este ataque representa un salto cualitativo en la forma de actuar de los vándalos grafiteros, tanto por la violencia empleada como por el numeroso grupo que participó de la acción. “No recuerdo nada semejante. Hemos visto conatos y tendencias que nos advertían de que podían ser violentos, con vigilantes lo han sido, pero con el pasaje hasta ahora nunca lo habíamos visto”, destaca Ricardo Ortega, jefe de seguridad del metro de Barcelona, que advierte de que es un paso más en la tendencia violenta que progresivamente han ido adoptando estos grupos que irrumpen en las estaciones tapados, con sprays y barras de “Esto da temor. No intentamos generar alarmismo, pero son los vándalos los que nos están poniendo en esta situación”.
Los grafiteros lograron rebosar de pintura todo el tren por las dos caras. Una vez lograron su objetivo, se dispersaron huyendo en varias direcciones de la estación. Los vigilantes de seguridad pudieron retener a un joven que finalmente fue detenido por los Mossos d’Esquadra. Entre sus pertenencias se encontraron sprays y una microcámara para grabar el ataque. Esta es una de las características que empuja a los grafiteros a actuar: la exhibición de sus garabatos en las redes sociales.
Los operadores del transporte público muestran su hartazgo por unos ataques que se han incrementado en los últimos cuatro años y que han ido adoptando progresivamente la violencia como parte de su modo de actuar. Detrás se esconden grupos organizados que llevan a cabo actuaciones coordinadas y preparadas. “Roban planos, emisoras, uniformes o llaves, inutilizan sistemas
SIN CONSECUENCIAS GRAVES Un mujer fue rociada con spray en la cara cuando increpaba a los asaltantes
GRUPO NUMEROSO Y VIOLENTO La seguridad en el suburbano alerta de un recrudecimiento de sus acciones