“La gente debe votar por algo, no por miedo”
Abigail Spanberger, exespía de la CIA y candidata demócrata al Congreso
Viéndola moverse entre la gente, escuchar sus problemas, coger niños y sonreír a las cámaras, parecería que Abigail Spanberger (1979) llevara toda la vida dedicada a la política, pero lo cierto es que para poder presentarse mañana a las elecciones al Congreso tuvo que pedir a la CIA que desclasificara su expediente. “Planificación, concentración y trabajo en equipo: así cumplíamos misiones en la CIA”, se lee en uno de sus folletos electorales, sacando provecho de una experiencia profesional que puede atraer a los votantes más conservadores del distrito de Virginia, amantes de las armas, por el que se presenta.
No puede decir mucho de su anterior trabajo, sólo que estuvo destinada en Europa (léase Bruselas), Oriente Próximo y el sudeste asiático. Era “un poco como en Hollywood pero con más burocracia”, bromea Spanberger. Su vida personal es, no obstante, mucho más ordenada que la de Carrie Mathison, la espía de la serie Homeland. Está casada, tiene tres hijas (dos nacidas en el extranjero) y es monitora de los scouts pero no inofensiva políticamente, como quedó claro cuando los republicanos lanzaron una campaña de desprestigio diciendo que había trabajado en una escuela de terroristas saudíes en Washington. “Como extrabajadora de organismos de seguridad nacional, me pareció de muy mal gusto que intentaran sugerir algo así cuando de hecho lo que estaba haciendo era dar clase a unos niños mientras esperaba mi certificado de seguridad de la CIA”, contestó indignada ante el silencio cómplice de su rival, Dave Brat. Aunque siempre le interesó la política, “nunca había pensado en presentarse a un cargo público. Fue después de las elecciones del 2016 cuando decidí que quería implicarme más”, explica a La Vanguardia.
¿Qué fue lo que la decidió?
A principios del 2017, oí al congresista de mi distrito defender el veto migratorio de Trump a algunos países musulmanes como una forma de frenar la amenaza terrorista. Dijo cosas que yo, que he trabajado en la CIA en temas de desradicalización, sabía que eran factualmente falsas, muy ideológicas y peligrosas. Al ver que ese hombre, además de no representar a la gente de su distrito y no reunirse con sus vecinos, estaba diciendo cosas tan peligrosas sobre temas tan serios empecé a pesar en que había que sustituirlo y que quizás podría hacerlo yo. Me decidí después del voto del Congreso sobre el Obamacare, al ver que los republicanos intentaban quitar la atención sanitaria a millones de americanos por pura ideología, no porque datos objetivos o una política concreta lo aconsejaran.
¿A qué atribuye toda la energía que se está viendo entre las mujeres en estas elecciones? ¿Es sólo una reacción a Trump?
Creo que Trump ha influido en lo que está pasando, porque hay mucha indignación y división y él es parte de todo eso, pero creo que no es sólo por él. Lo que ocurre es que hemos visto muy claramente que nuestro país necesita ayuda. Para mí América es un país en el que cualquiera puede ser americano y llegar a ser lo que quiera, es lo que nos hace más grandes, más fuertes y mejores. Para muchos de nosotros ha sido alarmante ver lo que ha pasado los últimos años. Toda esa ira está absorbiendo mucha energía que podría dedicarse a resolver problemas. Hay gente con muchas necesidades en este país. Si sólo nos dedicamos a luchar entre nosotros no vamos a solucionar nada. Muchos lo vemos así y hemos dicho que ya basta, que es hora de solucionar los problemas y seguir adelante.
La sombra de Trump ha planeado sobre todo su discurso pero no lo ha nombrado ni una vez.
Nunca hablo de él salvo que alguien me pregunte. No me presento contra él y a la gente que está descontenta con Trump y no lo soporta, no tengo que recordárselo. Esa gente ya se siente así cada día. Se trata de que la gente tenga ganas de votar. No quiero que la gente vote por miedo, quiero que voten por algo, porque crean que siempre podemos ser mejores y quieren elegir a gente que nos va a ayudar. Lo que yo intento es dar a la gente algo por lo que votar y explicarles qué podría ir mejor si cambiáramos de representante en el Congreso.
¿Puede convencer a un votante de Trump?
Hay varios tipos de votantes de Trump. Hay gente que lo votó porque le parecía fantástico y que lo sigue considerando así. Ellos probablemente no me van a votar pero no obstante intento mostrarme educada, fuerte e informada para que por lo menos digan “es una demócrata, pero no esta tan mal”. Luego hay otro tipo de votantes de Trump, los que dicen que esperaban que dejara de tuitear al llegar a la Casa Blanca o que fuera más presidencial… Con esa gente hay muchas oportunidades. Con gente que se siente así, hablo de que es demasiado partidista y de cómo no ha intentado unir al país. Hay mucha gente que se da cuenta de todo esto y es posible establecer una conversación con ellos sobre cómo el país necesita gente capaz de trabajar juntos, aunque Trump no lo haga.
Estos días, más que nunca, ha hecho lo contrario.
Todo esto me reafirma en que necesitamos gente en Washington con capacidad de liderazgo que denuncie el racismo, el antisemitismo y toda esa ira. Gente capaz de resolver los problemas juntos, demócratas y republicanos. Puede sonar muy ingenuo o infantil pero creo realmente que necesitamos más gente tranquila en el Congreso, capaz de hablar con políticos del otro lado del pasillo y liderar. Toda esa ira no es útil, al contrario, es muy peligrosa. Tal y como hemos visto, hay gente que cree que puede poner en práctica toda esa indignación y actuar movida por el odio.
EL DESENCADENANTE
Me decidí a presentarme después del voto del Congreso sobre el ‘Obamacare’”
ENFOQUE CONSTRUCTIVO
“La ira está absorbiendo mucha energía que podría dedicarse a resolver problemas”