La maestría de la simetría
‘¡Viva el palíndromo!’, de Tomás Lipgot, es un largometraje de 99 minutos con una cesura excepcional ubicada justo a la mitad
El jueves se estrena en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires ¡Viva el palíndromo!, una película argentina con coproducción catalana dirigida por el cineasta Tomás Lipgot. Lipgot nació en la patagónica población de Neuquén, donde vive también uno de los hijos del escritor y traductor Jordi Arbonès (1929-2001). Intenten leer el topónimo Neuquén del revés y verán que resulta invariable. Es capicúa. Palíndromo. Lipgot, fascinado por la simetría de su villa natal, empezó a buscar palíndromos por el mundo hasta que descubrió a una cofradía de apasionados por la simetría verbal. Una comunidad nacida a finales de los ochenta en Vilallonga del Camp, desde donde Ramon Giné y Josep Maria Albaigès crearon la revista Semagames con una veintena de asociados en todo el mundo que ahora sigue codirigida por Pere Ruiz y Jesús Lladó. Con los años, el grupo de palindromistas activos ha crecido, sobre todo aquí en Catalunya, y las creaciones capicúas suscitan muchas publicaciones, aquí y en México, que van más allá de la recolección de frases y generan debates literarios animados por el movimiento Rever. Se publican poemarios palindrómicos, microrrelatos que desembocan en un palíndromo, canciones, escenas teatrales o cómics con diálogos de ida y vuelta.
El cineasta Lipgot lo fue descubriendo en paralelo al desarrollo de su pulsión palindromista y decidió rodar un documental. ¡Viva el palíndromo! es un largometraje de 99 minutos con una cesura ubicada justo a la mitad de la cinta, con un parón como si se hubiese fundido el ya anacrónico celuloide y deja paso a un cortometraje de animación excepcional que muestra una road movie de amor con diálogos palindrómicos. Súper. Un eje de simetría impactante para un film espléndido. El cineasta argentino consigue trasladar la belleza abstracta de las frases simétricas a la gran pantalla. Es una búsqueda personal de Lipgot que curiosea y viaja por cuatro países en pos de la fascinante simetría. La película incluye imágenes de archivo del centenario Juan Filloy (maestro de Borges y autor de Karcino) o del acto institucional de la Diada del 2011, cuando pronuncié el palíndromo “Català a l’atac” en defensa del sistema educativo. El título del film proviene de una canción con letra de la chilena Sylvia Tichauer y música de Alfonso de Vilallonga, autor de diversas bandas sonoras en películas de Isabel Coixet y de piezas palindrómicas tan interesantes como el musical Turning point (1999). Los lectores que tengan una visión más catastrofista sobre las innegables tensiones que provoca el conflicto catalán podrán observar aliviados cómo palindromistas de ambos bandos brindamos, del derecho y del revés, en una memorable sobremesa en Montfalcó Murallat mientras entonamos el tema principal de la banda sonora de ¡Viva el palíndromo! Señores distribuidores y exhibidores, hagan el favor de traerla para acá.