La Vanguardia

La segunda vida de Delia

Esta galga maltratada y abandonada en Sevilla encuentra un nuevo hogar en Catalunya

-

Delia tiene cuatro años y es una galga afortunada. Fue capturada el pasado verano en Sevilla en una operación de rescate que duró más de dos horas bajo un sol de justicia y el mercurio del termómetro por encima de los 40ºC. Delia se resistía a ser capturada. Cuando alguien se le acercaba, huía despavorid­a. Desconfiab­a de la especie humana. Y no le faltaba razón. Se presume que sus anteriores propietari­os la dejaron tirada en la cuneta de una carretera y la perra, en un pésimo estado físico, había sobrevivid­o comiendo lo que encontraba por esos campos andaluces.

Tras recuperars­e en una protectora de Sevilla, Delia emprendió viaje en dirección a Catalunya. En Esplugues la esperaba Teresa Pallarés, que ha adoptado a esta galga hace unas semanas a través de SOS Galgos. Delia vuelve a tener un hogar y, lo más importante, a alguien que la cuida y la quiere.

Teresa se cuenta entre esos cientos de adoptantes de perros de toda España que han tomado conciencia de la cruel realidad que rodea a los galgos y buscan ejemplares de esa raza cuando deciden añadir un nuevo miembro a sus familias. “Antes de Delia ya había adoptado a otra galga, Filomena, rescatada también un muy mal estado”, recuerda Teresa. Esa perra murió hace unos meses y Delia ha ocupado ahora el puesto que ha dejado vacante Filomena en la casa de esta vecina de Esplugues.

El sufrimient­o padecido por esos perros, a los que se deja de dar de comer y se maltrata antes de ser abandonado­s cuando ya no sirven ni para la caza ni para correr, deja huella. Teresa lo ha podido comprobar con Delia y Filomena y también con otros galgos que ha tenido en acogida en su casa. “En el caso de Filomena detecté que se ponía muy nerviosa cuando se le acercaban personas, principalm­ente hombres, con aspecto que podrían encajar con el perfil de un cazador”, revela Teresa. Lo que no ocurría cuando recibía, por ejemplo, la caricia de un niño.

Teresa relata que los galgos “son animales muy tranquilos y que raras veces muerden o se encaran con otros perros”. La mayor parte del tiempo, continúa, “lo pasan enroscados y dormidos, un comportami­ento que me recuerda mucho al de los gatos”. Hay que tener en cuenta, antes de adoptar a un ejemplar de esta raza, que “esos animales muestran su felicidad plena cuando pueden salir a pasear o hacer pequeñas carreras por espacios abiertos o recintos preparados para ello”, indica Teresa. Son animales a los que se aconseja sacar de casa entre dos y tres veces al día.

Al principio, la mayoría de estos galgos rescatados tras los infiernos vividos al ser abandonado­s a su suerte, suelen tener un comportami­ento desconfiad­o hacia los humanos. “Pero enseguida entienden que esa nueva vida que llega en forma de adopción nada tiene que ver las experienci­as pasadas, así que poco a poco se relajan y empiezan a mostrarse muy cariñosos”, añade esta mujer.

Anna Clements, cofundador­a de SOS Galgos, afirma respecto al comportami­ento de estos perros que una vez superada la inicial desconfian­za hacia su adoptante por la huella del pasado, “empiezan a mostrar cualidades innatas de los galgos, como la nobleza, la serenidad y la gratitud hacia la persona que los cuidan”. En los casos más extremos, cuando esos galgos han sido sometidos a crueles malos tratos, puede costar más tiempo la adaptación a la nueva vida”, revela Clements. SOS Galgos trabaja con expertos para corregir esas conductas más difíciles antes de buscarle al animal una familia adoptiva.

LA HUELLA DEL PASADO Estos canes suelen ser muy recelosos al principio; recuerdan los palos y el abandono

SERENOS Y AGRADECIDO­S Con la confianza, este animal recupera sus nobles cualidades y rara vez muerde

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain