Educar en arte y diseño
El pasado miércoles 31 de octubre el Consell Nacional de la Cultura i de les Arts (CoNCA) presentó las conclusiones de un informe donde se analiza el estado actual de la educación superior en el ámbito artístico en Catalunya, dentro del cual se enmarcan los estudios en diseño. El informe esboza algunas líneas de acción para replantear el organigrama general de estas modalidades educativas en su vertiente pública. En el resumen ejecutivo elaborado por el CoNCA se examinan las diversas problemáticas derivadas de la actual fragmentación de la educación superior artística y se explica cómo este tipo de estudios se encuentran en una posición de clara desventaja respecto a la educación superior de ámbito general. La gran diversidad de tipologías y titularidades (resultado de la confluencia de la oferta pública, privada y la de diversos centros adscritos a distintas universidades) contribuye a crear un ecosistema educativo complejo y descoordinado. Por otro lado, con un 53% de los estudiantes inscritos en centros de titularidad privada y unas becas que además de ser mucho más reducidas en número también lo son en cuantía económica, la educación artística de nivel superior presenta un elevado componente de elitismo e inequidad si se compara con el resto de los estudios superiores.
Durante el acto organizado por el CoNCA, la consellera de Cultura de la Generalitat, Laura Borràs, anunció la creación de una mesa de trabajo con el objetivo de analizar y afrontar los retos competenciales, legislativos, pedagógicos y sociales que supondría la reestructuración de la oferta formativa pública vinculada a las enseñanzas artísticas de grado superior. Esta mesa de trabajo estará integrada por representantes de los departamentos de Cultura y Ensenyament, así como de la Secretaria d’Universitats i Recerca del Departament d’Empresa i Coneixement.
Desde el FAD nos parece una buena noticia que la Administración considere como una prioridad el ordenamiento de este tipo de estudios de indiscutible interés público y en el marco de los cuales más de la mitad de los estudiantes lo son en el campo del diseño. Como no podía ser de otro modo, desde el FAD nos ofrecemos para aportar nuestra experiencia y conocimiento sobre la materia. De momento aprovechamos la ocasión para hacer dos consideraciones previas que nos parecen importantes. En primer lugar, creemos necesario advertir sobre los peligros de uniformizar de forma excesivamente rígida un ecosistema educativo que tiene en su carácter abierto y transdisciplinar uno de sus principales valores. En segundo lugar, nos parece fundamental que esta reorganización de la educación superior artística se acompañe de un apoyo mucho más decidido a los diversos sectores que se integran en la industria cultural. Al fin y al cabo, educar en arte y en diseño sin pensar en las salidas profesionales de este tipo de estudios y su papel activo en la sociedad sería un absoluto sinsentido.