Trump endurece su discurso en el final de la campaña
El presidente se juega en las elecciones de hoy su mayoría en la Cámara de Representantes
Donald Trump lanzó ayer sus últimos mensajes de la campaña electoral, en los que se expresó en términos muy duros contra la caravana de migrantes que ya está en México. Las elecciones de hoy son un plebiscito sobre su gestión.
Dos años después de unas elecciones que dejaron al mundo sin respiración, los estadounidenses volverán hoy en masa a las urnas para emitir su primer veredicto sobre Donald Trump y su presidencia.
“Algo está pasando ahí fuera, Ohio, algo de lo que no están hablando” los medios, “hay una electricidad que no hemos visto desde noviembre del 2016”, aseguró ayer el presidente en Cleveland, primera parada de un apoteósico final de campaña que le llevó sólo el lunes a tres estados con el objetivo de asegurar el control republicano del Senado y los gobiernos estatales, carreras en las que están centrando sus energías después de admitir que los demócratas podrían hacerse con la Cámara de Representantes.
Miles de seguidores enfervorizados rieron ayer en Ohio los chistes políticamente incorrectos del presidente, abuchearon a los reporteros a la mínima mención a los medios y, sobre todo, le arroparon con fervor frente a los ataques de la izquierda y su ofensiva para convertir Estados Unidos en una “pesadilla socialista”, como varios asistentes comentaban a la entrada del acto. “Esperemos que los demócratas entren en razón y acepten lo que está pasando. América está despertando”, decía Brett Calvin, de 63 años. “Teniendo en cuenta cómo le tratan los demócratas, creo que se está portando bastante bien. Para unir al país, hace falta la cooperación de las partes”, le defiende otra seguidora.
“Está en juego el alma de América”, ha dicho el expresidente Barack Obama. El alma de América “está en los votos” que hoy salgan de las urnas. La épica batalla de estas elecciones de mitad de mandato puede saldarse con una validación de la agenda política ultranacionalista del presidente Trump, un correctivo a su programa y su estilo polarizador o un resultado tan apretado como dividida parece estar la sociedad estadounidense.
El suspense es total. Las elecciones de mitad de mandato penalizan tradicionalmente al partido que ganó las presidenciales, el entusiasmo con los comicios es ligeramente mayor en el lado demócrata, la valoración del presidente es excepcionalmente baja, a niveles que apuntan a que puede haber un vuelco político en el país... Pero después de que Trump hiciera trizas todas las encuestas y destrozara todos los análisis en el 2016, todo el mundo es reacio a hacer pronósticos.
Aquella descabellada campaña electoral ha dado paso a otra aún más tóxica, marcada por la agresiva retórica xenófoba del presidente, en la que varios candidatos republicanos han dado rienda suelta a sus instintos racistas con insultantes anuncios sobre Andrew Gillum o Stacey Abrams, dos candidatos demócratas con altas posibilidades de ser elegidos hoy gobernadores de los estados de Florida y Georgia.
A pocas horas de que se abrieran los colegios electorales, las principales cadenas de televisión estadounidenses (CNN, Fox News y NBC) además de Facebook rechazaron la emisión de un anuncio electoral del presidente por considerarlo “racista”. El spot, que cuenta con la aprobación de Trump, tiene como protagonista a un hombre juzgado por el asesinato de dos policías y acusa a los demócratas de querer dejar las fronteras abiertas a gente como él. “Los demócratas quieren convertir EE.UU. en un santuario para los traficantes de drogas, depredadores y asesinos de bandas como la MS-13”, aseguró Trump en su tremendista y apocalíptica intervención en Cleveland, que contó con la intervención sorpresa de su hija Ivanka. “No me dejan que diga que es guapa, pero es tan lista...”, dijo antes de cederle el micrófono, electrizado por el contacto con sus votantes.
“¡Juntos, Ohio, haremos América rica, fuerte, segura y grande de nuevo!”, proclamó en Cleveland, la ciudad donde en julio del 2016 pronunció su discurso de aceptación de la nominación republicana a candidato presidencial. “Creo que está haciendo un trabajo fabuloso y no se le reconoce”, comentaba Catherine, que vestía una camiseta con el lema ‘Yo estuve en Cleveland’ en aquella convención republicana. La retórica del presidente es triunfalista, pero su actitud es defensiva, como la de sus seguidores, hombres y mujeres mayoritariamente blancos y de más de 50 años que creen a pies juntillas que está cumpliendo lo que prometió y salvando el país del apocalipsis izquierdista.
Trump tenía poderosas razones para hacer una parada de última hora en este estado. Desde hace un siglo, Ohio es un buen barómetro electoral de EE.UU.: quien allí ha ganado ha sido presidente en 28 de los últimos 30 comicios. No ha habido un republicano en la Casa Blanca sin los 18 votos de electorales de este estado industrial del Medio Oeste, al que Trump ha mimado como ningún otro. Para él, estas elecciones no son sino un ensayo general de las presidenciales del 2020.
UNA CAMPAÑA TÓXICA Facebook y las grandes cadenas de televisión retiran un anuncio de Trump por “racista”
LA ESTRATEGIA REPUBLICANA El presidente centra sus esfuerzos en salvar el Senado y los gobiernos estatales