Miró une al Reina Sofía y a la Fundación Mapfre
El pintor catalán gana visibilidad en la capital con un convenio entre el Reina Sofía y Mapfre
Los amantes de la obra de Joan Miró tendrán pronto más facilidades para ver las pinturas, los dibujos y las esculturas que del artista catalán hay en Madrid. El Museo Reina Sofía y la Fundación Mapfre ultiman un convenio para lanzar una “entrada común” que, mediante el pago de un pequeño suplemento sobre el ticket de cada entidad, permitirá visitar ambos centros y profundizar en las obras del pintor de las estrellas que una y otra institución atesoran: las 65 pinturas colgadas en el Espacio Miró de la Mapfre, abierto como exposición permanente en diciembre del 2016, y parte de las 583 piezas del Reina Sofía, en su mayoría grabados y de las cuales en este momento sólo están expuestas trece aunque ese número varía mucho en función de los préstamos a otros museos.
Este puente Miró trazado entre el museo estatal de arte contemporáneo y –a dos kilómetros de distancia– las salas de la fundación privada del paseo de Recoletos se abrirá en cuestión de “semanas” y funcionará como una extensión de visita entre uno y otro mediante un suplemento todavía por determinar; ése y otros detalles “técnicos” son lo único que falta concretar para materializar el acuerdo, según anunció ayer el director del área de Cultura de la Mapfre, Pablo Jiménez Burillo.
Las facilidades para visitar los dos centros de arte no se limitarán a sus colecciones de Miró sino que se extenderán al conjunto de ambos museos. Pero la doble visita sí se centrará en el gran artista mediterráneo como gran reclamo de la oferta y también en lo que se refiere a la documentación para guiar al espectador.
El Espacio Miró de la Mapfre se abrió el 15 de diciembre del 2016 gracias a cinco donaciones de otros tantos herederos del genio barcelonés. Aunque la colección se centra en la última época del pintor, el conjunto contiene creaciones de entre 1910 y finales de los 70, de manera que ofrece una panorámica de su producción lo bastante amplia para comprender sus dos grandes facetas: la más popular de formas entrelazadas y flotantes sobre la superficie, y las de ese otro Miró menos célebre a base de monstruos y figuras claustrofóbicas, así como de antipintura con agujeros, cortes o gruesos brochazos en sus propios lienzos: “Un Miró violento, casi salvaje pero luminoso como siempre”, en descripción del especialista Robert Lubar. Los 65 trabajos se reparten en cinco secciones temáticas distribuidas en dos plantas del edificio: El signo y el gesto; Mujeres, pájaros, estrellas; Las cabezas; Desafío a la pintura y Alexander Cálder, esta última dedicada obviamente a la relación que el artista mantuvo con este escultor estadounidense, íntimo amigo suyo además de compañero de oficio.
En el Reina Sofía, lo que el público puede ver a fecha de hoy bajo firma de Miró son diez valiosas pinturas, un collage, una obra gráfica y una escultura. Destacan los óleos La sonrisa de alas flameantes (1953), Golondrina (1937) u Hombre con Pipa (1925), así como la talla en bronce Pájaro lunar (1966)
La “puesta en valor” de Miró en Madrid incluirá además el gran mural del Palacio de Congresos de la ciudad. El edificio será restaurado próximamente y, para empezar, se trata de que, durante los trabajos de reparación, la obra siga siendo bien visible.
Jiménez Burillo anunció el convenio sobre Miró durante la presentación del programa de actividades de la Mapfre para el primer semestre del próximo año. El pla-
VANGUARDIAS RUSAS La Mapfre empezará el año con la muestra ‘De Chagall a Malévich: el arte en revolución’
RELEVO EN LA FUNDACIÓN Jiménez Burillo deja la dirección cultural de la entidad privada y pasa el relevo a Nadia Arroyo
to fuerte será una gran exposición sobre las vanguardias rusas entre finales del siglo XIX y principios del XX, bajo el título De Chagall a Malévich: el arte en revolución.
La que será la muestra estrella de la fundación en ese periodo estará comisariada por el historiador del arte y ex director de la Fundación Maeght, Jean-Louise Prat, y podrá verse desde el 7 de febrero hasta el 5 de mayo, también en Madrid. Serán 90 obras de 29 artistas entre los que, además de Marc Chagall y Kazimir Malévich, estarán Alexánder Ródchenko, Natalia Goncharova, Liubov Popova, El Lisitsjy o Jean Pougny. Será “una de las mejores muestras que haya organizado la fundación”, dijo Burillo. El objetivo es ilustrar, con importantes piezas de los autores, el arte de aquellos creadores que en el umbral de la pasada centuria “rompieron con los moldes establecidos y se adelantaron a la modernidad de un modo nunca visto en Rusia hasta entonces”.
Uno de los puntos de partida de la exposición es una frase que Lev Tolstói dejó escrita en 1898: “Los artistas del porvenir no pertenecerán, como ahora, a una determinada clase del pueblo; todos los que sean capaces de crear arte serán artistas”.
La Mapfre en Madrid abrirá el año con la primera retrospectiva en España del fotógrafo norteamericano Anthony Hernández, de 71 años, hijo de inmigrantes mexicanos nacido y criado en Los Ángeles. Son unas 130 imágenes en su mayoría realizadas en las calles de la ciudad californiana, así como en campamentos de personas sin hogar y en distintas carreteras de Estados Unidos y Europa.
La fundación acogerá otras dos muestras de sendos grandes fotógrafos: la también estadounidense Berenice Abbott (1898-1991), de quien entre febrero y mayo se verán 185 de sus retratos humanos y de la ciudad de Nueva York, y el británico Richard Learoyd, de 52 años, que llevará a Madrid medio centenar de sus fotos de gran formato y en color.
La presentación de actividades de la Mapfre fue también la despedida pública de Jiménez Burillo como responsable cultural de la entidad después de 40 años en ella. A partir de enero ocupará el cargo la que hasta ahora venía siendo su mano derecha como jefa de exposiciones desde hace ocho años, Nadia Arroyo. Su reto será “la continuidad”, dijo.