Contra la abstención, insistir en llamar a la puerta
Según Alexandria OcasioCortez, nacida en el Bronx, de raíces puertorriqueñas, su recorrido político busca revitalizar en el siglo XXI el movimiento de los derechos civiles, el laboral sindicalista o el medioambiental. La clave pasa por despertar al electorado, por lo general poco incentivado para ir a votar en unas elecciones legislativas de medio mandato, donde no está en juego la presidencia. Ella exhibe con orgullo que en las primarias que ganó el pasado junio lograron ampliar en un 68% el número de votantes. Sin embargo, en un distrito como el suyo, que abarca partes del Bronx y de Queens, con un elevado porcentaje de inmigrantes, en especial hispanos, existe el peligro del abstencionismo ante el continuo olvido del poder hacia ellos. En esta ocasión, la política trumpista parece que ha tenido un efecto rebote y las encuestas constatan un mayor interés. Y además está la táctica Ocasio. Consiste en llamar a la puerta. Si la cierran y no quieren saber nada, pues “insistes y a la vez dieciséis te dicen ok, te escucho”, ironiza la candidata. “Hay personas que me dicen que las han llamado antes y que cuelgan, pero luego cuando te ven y perseveras, te hacen caso”, añade. Cuenta la anécdota de un primo que creció en el Bronx –ahora está en otra zona– que le ha dicho que, por primera vez, se ha registrado y va a votar. “El cambio empieza por lo local”, proclama. Una puerta a la que llamó es la de Barry Soltz: “Me di cuenta de que se mantendría firme y sería capaz de hablar al poder”, afirma.