El exministro del Interior de Macron vuelve a ser elegido alcalde de Lyon
Fuertes críticas de la oposición a Gérard Collomb por su maniobra de poder
Gérard Collomb, de 71 años, ha protagonizado una singular maniobra política de regreso al pasado. Quien fuera hasta hace un mes el ministro del Interior francés y virtual número dos del Gobierno –sólo por detrás del premier, Édouard Philippe–, fue elegido ayer alcalde de Lyon, un cargo que ya ocupó durante 16 años, entre el 2001 y el 2017.
El portazo dado por Collomb al presidente Emmanuel Macron, de quien fue un fiel sostén de primera hora, provocó una crisis política que tardó varias semanas en superarse. El ministro reconoció abiertamente que prefería volver a su ciudad y a su anterior puesto, para preparar así las elecciones municipales del 2020. Además, dejó caer críticas severas sobre el estilo de Macron, por su falta de humildad y su actitud cada vez más reacia a dejarse aconsejar.
Las alcaldías, en Francia, siempre han sido útiles trampolines para alcanzar objetivos políticos más elevados. En el caso de Collomb, exsocialista, ha supuesto un salto hacia adelante y hacia atrás. Ha sido más tentador amarrar el cargo local que sufrir el desgaste de un ministerio muy complicado que debe gestionar materias como la inmigración o la lucha antiterrorista.
En el consejo municipal celebrado en Lyon, Collomb –que se había mantenido como simple concejal– fue elegido con 41 votos de los 73 posibles. Hubo 14 abstenciones, 10 votos en blanco y 8 a favor del único candidato alternativo. Antes hubo de dimitir –y lo hizo voluntariamente– el hombre que sustituyó a Collomb en el 2017, Georges Képénékian, de su máxima confianza. El exministro agradeció ayer su gesto de lealtad.
La oposición municipal criticó con dureza a Collomb por lo que algunos consideran un sainete impropio de una democracia avanzada, en el que un político, sin ningún pudor, se reserva un sillón a través de una persona fiel que se lo calienta mientras aquél ocupa otras responsabilidades.
La concejal de izquierdas y alcaldesa del distrito I de Lyon, Nathalie Perrin-Gilbert, calificó de “comedia humana”, espectáculo “tragicómico” y “simulacro de democracia”, lo que está viviendo la ciudad. Perrin-Gilbert trazó un paralelismo entre Collomb y el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, quien insiste en presentarse para un quinto mandato. También la derecha estuvo dura. Le reprochó a Collomb puro electoralismo.
Según el diario Le Figaro, detrás de la decisión de Collomb de volver a toda costa a Lyon está la segunda esposa del político, Caroline Collomb, juez de profesión y 29 años más joven que su marido. El periódico asegura que la mujer tiene fama de autoritaria, dura , intervencionista y con una influencia desmesurada en las decisiones políticas del cónyuge. Le habría planteado un ultimátum, o Macron o ella. Y la segunda opción implicaba el regreso inmediato a Lyon.