Presión para endurecer los castigos a los grafiteros vándalos
Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) y el resto de operadores ferroviarios españoles confían en que el asalto perpetrado en el metro este fin de semana por más de 30 de grafiteros termine de convencer a la judicatura y la Fiscalía de la necesidad de endurecer las penas contra estos actos vandálicos. La compañía estima que el asalto de la madrugada del domingo ocasionó daños valorados en 10.139 euros. Además, las tres personas que fueron agredidas por los grafiteros por afearles su incivismo anunciaron su intención de denunciar lo ocurrido.
Fuentes de TMB explicaron que el camino para combatir estos asaltos no es un cambio de la ley, sino que impere otra interpretación para que se imponga un tratamiento penal de los casos. “El problema es que es desde el 2015, desde que desaparece la figura de la falta –añaden las fuentes de TMB–, estos asaltos son tratados de un modo administrativo, como si únicamente ensuciaran los vagones, cuando en realidad son delitos que afectan de un modo muy grave a un servicio público. Hablamos de un ataque en el que participaron más de 30 personas, de delincuencia organizada”.
En TMB recuerdan que hace pocas semanas un juez de Barcelona condenó por un delito de daños en bienes de uso público a un grafitero que causó daños valorados en más de 2.000 euros en dos vagones en la estación de La Pau. Esperan que cunda el ejemplo. La sentencia, que aún no es firme, le impone una multa de 1.095 euros, el pago de la reparación de sus pintadas y la privación del derecho a acceder al metro en Barcelona y su área metropolitana durante seis meses.
Y es que el aumento de este tipo de asaltos no se circunscribe a Catalunya. En los últimos días también se registraron incidentes en el metro de Madrid. La noche del domingo un grupo de grafiteros hizo que un convoy se detuviera en la estación de Hospital del Henares. Según detalló ayer la Asociación de Transporte Público Urbano (ATUC), las pintadas en el transporte público cuestan a operadores y gestores más de 20 millones euros cada año. En el 2018 ya se produjeron más de 7.300 pintadas. “Han de considerarse delitos de daños, y no un mero deslucimiento. La trascendencia jurídica de estas pintadas no está recibiendo actualmente la respuesta penal que merecen”.
Las nuevas costumbres de los vándalos del aerosol agravan la situación, añaden en TMB y confirman en círculos grafiteros. Históricamente los grafiteros que perpetraban estos asaltos trataban siempre de pasar desapercibidos y de rehuir los enfrentamientos. En los últimos tiempos, sin embargo, los nuevos grafiteros dan más importancia al vídeo que graban y luego cuelgan en las redes sociales que a la propia pintada. La acción, los enfrentamientos y la violencia consiguen muchos más likes.