Pasos a dos
Las colecciones de la Fundació Vila Casas y DKV dialogan en una muestra en Volart
Las colecciones de arte contemporáneo conservan la memoria de nuestro presente y son como ventanas abiertas al conocimiento que nos permiten pensar en el mundo que vivimos. Son miradas por fuerza parciales –en la medida que también lo son los intereses y objetivos de los coleccionistas que las alientan– que, con sus afinidades y contrastes, a veces experimentan un efecto multiplicador cuando establecen un diálogo abierto. Un ejemplo de ello es Soñando una posibilidad, exposición que reúne por primera vez obras de la Fundació Vila Casas, centrada en los creadores catalanes, con otras de la Colección DKV, nacida con el objetivo de vincular el arte y la salud y que cuenta con cerca de 600 obras de 250 artistas jóvenes españoles.
Natàlia Chocarro y Alicia Ventura, sus comisarias, articulan la muestra a partir de diálogos entre obras que construyen pequeños “microrrelatos” en torno a algunos de los temas clave del mundo contemporáneo, como son la crisis financiera, la globalización, los movimientos migratorios, el terrorismo internacional, la revolución tecnológica o la inteligencia artificial. Las asociaciones no tienen que ver con criterios cronológicos o a afinidades estéticas, sino con las ideas que subyacen en las obras. Distribuidos en dos ámbitos temáticos –El tiempo en suspensión y La resistencia íntima–, la nómina de artistas es extraordinaria: Myreia Masó, Anna Malagrida, Jordi Bernardó, Jordi Fulla, Lluís Lleó, Joaquím Chancho, Patricia Dauder, Toni Catany, Pep Agut, Eulàlia Valldosera, Soledad Córdoba, June Crespo o Christian García Bello.