Frente al espejo
Sostiene Joaquim Nadal (Girona, 1948) que “la mera formulación del ideal de la independencia, que ha roto hoy la barrera de la minorización e incluso del miedo, y que es plausible, no nos resuelve, ni antes ni después, los problemas reales de modelo económico, de crecimiento, de cohesión social y de respuesta eficiente a los retos de una sociedad nueva y muy diferente”. El mundo ha cambiado, afirma Nadal, pero la respuesta de los nuevos liderazgos mayoritarios en Catalunya está lejos de ofrecer una solución oportuna a esos cambios.
Posiblemente esta sea la clave de un libro en el que quien fue alcalde de Girona, dirigente del PSC y miembro notable del Govern tripartito catalán vierte sus reflexiones sobre qué ocurre en Catalunya. Mejor dicho, sobre qué ha ocurrido y qué ocurre ahora. Es un libro dividido en dos partes, entre los precedentes del desastre y el desastre en sí mismo.
Nadal, como queda dicho, se sitúa en este libro en un punto intermedio de la espesa galaxia política catalana. Lejos del actual PSC, pero también lejos de la órbita independentista con la que en otro momento pareció simpatizar. Está lejos del mundo virtual, dice, que ha construido el independentismo y que ha logrado, así lo admite, ofrecer un proyecto atractivo para miles de catalanes, pero que, en contrapartida, ha creado una suerte de política ficticia: “Pretendemos ser república pero no lo somos, y lo que es más grave: en el abandono de la gobernanza de la cotidianidad resulta
El exconseller duda de que el independentismo dé respuesta al reto de un mundo nuevo
que no hacemos república, sólo la proclamamos cada día”.
Termina el libro con un recetario de soluciones que implican por igual a la política catalana y a la política española, a la que dedica no pocos reproches tan o peores que los que consagra a la política catalana. Nadal incluye en esta lista de 12 propuestas la negociación de una ley de claridad –inspirada en la que aprobó Canadá para el caso de Quebec– donde refrendar “la oferta española y la propuesta catalana”.
En suma, en el libro queda escrito y descrito que, pese a la experiencia política, el exconseller sigue pensando que no hay solución para Catalunya sin el concurso de España, y al revés: no hay salida para España sin acuerdo con Catalunya. Sea cual sea.