Casado se distancia de Cospedal y de “prácticas vergonzantes”
El presidente del PP pregunta al Gobierno si cesará a la ministra Delgado
Pablo Casado no quiere que la charca ponzoñosa del excomisario José Manuel Villarejo, de donde se están filtrando en los últimos meses gota a gota diferentes audios con conversaciones grabadas de forma irregular, como los “encargos puntuales” que María Dolores de Cospedal en el 2009 le hizo al policía para que espiara a Javier Arenas –de quien sospechaba que operaba con Luis Bárcenas–, le pueda acabar manchando .
Con la renuncia de Cospedal a seguir en el comité ejecutivo, máximo órgano de dirección del PP, ya en su mano, tras varios días presionando a la ex secretaria general, y a la espera de que deje su escaño en el Congreso antes de fin de año, el líder del PP empezó ayer a elevar un muro de contención en su intervención en el Senado ante el grupo popular. “Nuestro compromiso con la ejemplaridad es absoluto, en este partido no se tolera la corrupción, ni podemos hacernos partícipes de ninguna práctica del pasado que nos pueda avergonzar”, dijo.
Una voluntad de “ejemplaridad” que llevará a cabo “sin caer en afanes inquisitoriales” que supondrían caer “irremediablemente en la injusticia”. En declaraciones a los periodistas, Casado sostuvo que la renuncia de Cospedal a la ejecutiva del PP es un gesto “que le honra”. Estas fueron sus primeras declaraciones públicas desde el pasado jueves en un acto en Huelva. Ese día Casado dejó claro que ya no iba a poyar más a Cospedal, cuyo apoyo en el congreso del PP fue decisivo para su victoria ante Soraya Sáenz de Santamaría, al subrayar que su único compromiso es con los militantes del PP.
Una idea que reiteró ayer ante los senadores populares, después de un nuevo sobresalto de la factoría Villarejo que alimenta a diferentes confidenciales digitales: una conversación en la que el marido de Cospedal, Ignacio López del Hierro, comunica a Villarejo que “el jefe está de acuerdo” con la supuesta propuesta de realizar “trabajos puntuales” para el partido. Un “jefe” que algunos entienden que se trata del expresidente Rajoy.
Casado optó ayer por no comentar estos nuevos audios, al ser conversaciones “privadas” y que no se pueden “certificar que son ciertas”. Mientras, fuentes cercanas a Rajoy señalaron a Europa Press la sorpresa del expresidente por unas grabaciones que le sitúan como conocedor de los trabajados “puntuales” que se pudo encargar al expolicía poco después de estallar la trama Gürtel. Asimismo, rechazaron que Rajoy estuviera al tanto de esos encargos porque no autorizaría investigar a compañeros de partido como Javier Arenas, con el que tiene una relación de amistad. Asimismo remarcan el asombro de Rajoy ante el hecho de que el marido de la exministra hablase en nombre del Partido Popular en sus charlas con Villarejo.
Sea como fuere, las grabaciones de Villarejo y el caso Cospedal está afectando especialmente a la nueva dirección del PP, que una vez superada la crisis de los másters de Casado no logra ni una semana de tranquilidad mediática. En este sentido, el líder popular denunció ayer una “doble vara de medir” mediática si las grabaciones afectan a un miembro del PP o a uno del PSOE, en referencia a la ministra de Justicia, Dolores Delgado, y su conversación con Villarejo. Casado preguntó al Gobierno si no piensa cesar a la ministra como ha exigido con Cospedal.
Rajoy expresa su sorpresa por los audios en que se insinúa que estaba al corriente de los encargos a Villarejo