La Vanguardia

Castigar imprudenci­as

La reforma del Código Penal para endurecer las penas en los delitos de tráfico es el único consuelo que les queda a las familias de las víctimas

- JAVIER RICOU

Los partidos pactan la reforma del Código Penal para endurecer las penas en los delitos por tráfico.

Miles de familias de toda España tienen estos días la vista puesta en el Congreso y en los políticos. Son padres, madres, maridos, esposas, hermanas, hermanos, hijos y abuelos a los que el asfalto ha robado personas queridas. Familias, como dice Carles Soria –su hija Marta murió en un accidente de tráfico hace dos años–, “condenadas sin tener culpa de nada a la máxima pena, porque lo nuestro sí que es una cadena perpetua”.

El único consuelo que les queda a esas familias rotas por culpa de un accidente de tráfico es que los autores de esos accidentes paguen por lo hecho. Lo que no siempre ocurre, al menos con penas que recojan la severidad deseada por los parientes de esos fallecidos.

Todo esto podría cambiar si cuaja el principio de acuerdo alcanzado entre todos los grupos políticos para elevar de cuatro a nueve años, como homicidio imprudente, el castigo para los culpables de las imprudenci­as más graves. El consenso permitiría un cambio en el Código Penal que pondría las cosas mucho más fáciles a los jueces a la hora de dictar sentencia. Para condenar por homicidio bastaría con demostrar que el causante del siniestro conducía bajo los efectos del alcohol o drogas o circulaba con exceso de velocidad.

“Si se consigue ese cambio en el Código Penal, el esfuerzo hecho por muchas familias, con recogidas de firmas y visitas al Congreso que hemos pasado por esta experienci­a, habrá valido la pena”, afirma Carles Soria. Aunque este vecino de Lleida no oculta que para él esos nueve años de cárcel por imprudenci­as graves al volante “siguen siendo pocos en los casos en los que los autores de esas muertes demuestran un total desprecio por la vida de las personas a las que han segado la vida”.

Es el caso de Marta, su hija. Un accidente que ha servido de ejemplo en los debates entre esos políticos que tienen que acordar endurecer el castigo en los delitos de tráfico. Marta fue sacada de la carretera por un conductor que se sospecha que hacía una carrera con otro vehículo y que circulaba, según las estimacion­es de Mossos, a 160 km/h en un tramo con la velocidad limitada a noventa. Era de noche y también se cree que ese conductor circulaba con las luces apagadas. El coche de Marta salió despedido de la carretera y acabó dentro de un canal. El cadáver de la joven (se ha comprobado que murió en el acto como consecuenc­ia del violento choque) no fue descubiert­o hasta cuarenta minutos después del accidente. Ni el conductor que la sacó de la carretera ni las otras personas que viajaban en ese coche dijeron nada a los Mossos sobre la existencia de ese vehículo. Fue un agente, siguiendo un rastro de aceite, el que descubrió el vehículo. “El comportami­ento de ese conductor y sus acompañant­es no tiene nombre”, afirma Carles. Pero lo más duro para este hombre y Eli, la madre de Marta, es que el culpable de la muerte de la joven “no llegó a pasar ni un día en el calabozo”. Disfruta de libertad a la espera del juicio. Sería un caso a priori con todos los ingredient­es para pedir esos 9 años de prisión que se espera que recoja la reforma del Código Penal. Pero ese cambio, si se produce, llegará tarde para el caso de Marta. Así que lo máximo que podrá pedir el fiscal por su presunta imprudenci­a grave serán 4 años, más lo que se pida por omisión del deber del socorro. “Tengo claro que el castigo para ese conductor no será, ni de lejos, el que yo desearía. Pero si conseguimo­s cambiar la ley, otros padres que pasen por lo mismo que he vivido yo tendrán, como mínimo, el consuelo de pensar que la ley está un poco más de su parte”.

La familia de Marta aguarda desde hace dos años la celebració­n del juicio. Pero se han encontrado con un escollo que retrasa esa vista. El autor de esa muerte conducía un BMW y la marca “se está negando a examinar una especie de caja negra que tienen esos coches y determinar­ía la velocidad en el momento del impacto”, revela Carles. BMW no ha respondido ni a una petición de Mossos ni a una comisión rogatoria de la Fiscalía. Otro ejemplo de lo difícil que es la lucha en materia de delitos de tráfico.

Carles y Eli aguardan desde hace dos años el juicio por la muerte de su hija, mientras el autor sigue en libertad

 ?? MERCÈ GILI ?? Carles Soria muestra el punto de la carretera donde se cree que un conductor que circulaba a 160 km/h causó la muerte de su hija
MERCÈ GILI Carles Soria muestra el punto de la carretera donde se cree que un conductor que circulaba a 160 km/h causó la muerte de su hija

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