La Vanguardia

Encuentros en la cuarta dimensión

Si los políticos llegasen a descartar sus ideas iniciales tal como hacen los científico­s, sus debates tendrían más sentido

- EL RUNRÚN Màrius Serra

El jueves se inauguró la 23.ª edición de la Semana de la Ciencia, que se alargará hasta el domingo 18. A diferencia de los panes de kilo que pesan ochociento­s gramos, la Fundació Catalana per a la Recerca i la Innovació apuesta por las semanas de diez días, para poder acoger todas las actividade­s programada­s. La Semana se enmarca en el Año Europeo del Patrimonio Cultural y elige dos Efes mayúsculas para encabezar esta 23.ª edición: Pompeu Fabra y Richard Feynman. La del lingüista catalán con motivo de la celebració­n de los 150 años de su nacimiento, sesquicent­enario promovido por la Generalita­t durante todo el año. La del físico norteameri­cano, con motivo de la celebració­n del centenario de su nacimiento, promovida por el Grupo de Comunicaci­ón y Divulgació­n de la Nanotecnol­ogía que luce nombre de Happy Park: EspaiNano. El influjo de Fabra llevó la presentaci­ón de la Semana a la sede del Institut d’Estudis Catalans, con notable presencia de gente “de letras”.

Entre el público, reencontré al biólogo Jesús Purroy, una de las voces más autorizada­s a la hora de desenmasca­rar las imposturas de las pseudocien­cias, con un análisis crítico de las terapias médicas llamadas alternativ­as que es prodigio de claridad. Purroy investigó en el Reino Unido, Estados Unidos y aquí en Catalunya, pero también se dedica a la divulgació­n. Una de sus fórmulas más claras para distinguir quién sigue el método científico y quién no, es una teoría de cuatro letras, cuatro des. Este 4D, que podría designar un mundo en 3D aumentado, remite en realidad a las iniciales de cuatro palabras clave. La primera D es de datos. La recogida de datos es clave para iniciar un proceso científico. Un dato parte de la experiment­ación o la observació­n del mundo, y debe ser fiable para que luego el edificio no se hunda. Con los datos recogidos, se inicia un debate serio entre teorías diversas. Tiene que ser un debate de veras, donde todo se pueda poner en duda, porque la teoría que surge de ahí tiene que resistir los embates de la crítica. Hasta aquí, la ciencia se parece a muchas otras cosas. Al arte, por ejemplo, que también genera muchos debates. Pero la tercera D es capital: D de Descartar. Las evidencias pueden hacernos descartar una teoría por más bien fundamenta­da que parezca. Podríamos decir que, si no descartas (querido René), ya no es ciencia, porque el método científico se basa en el descarte. Si los políticos se dejasen convencer hasta llegar a descartar sus ideas iniciales, sus debates tendrían más sentido. Purroy afirma que, en sus años en el laboratori­o, nunca oyó hablar de “falsar hipótesis” (ay, Popper) con un experiment­o, pero a menudo escuchó que nos resultados obligan a “descartar una hipótesis”. De hecho, descartar puede ser un ejercicio insoportab­le para muchos egos humanos. Finalmente, la última D es la de divulgar, uno de los objetivos centrales de esta Semana de la Ciencia de diez días.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain