El esquí calienta motores en su campaña más temprana
La mayoría de las estaciones prevé abrir el 1 de diciembre, tras el histórico estreno, por madrugador, de Masella
De todos los regalos que podría esperar el negocio del esquí, ninguno sería tan preciado por el sector como el recibido este año a finales de octubre, en forma de ola de frío. Ese adelantado y brusco descenso de las temperaturas antes de noviembre y las precipitaciones en cotas altas en forma de nieve incluidas en ese regalo han dejado en la práctica totalidad de las estaciones de los Pirineos un colchón de nieve que allana mucho las cosas para una digno arranque de la temporada de esquí si el clima acompaña los próximos días. La mayoría de las estaciones tiene señalado en su calendario, para esa subida de telón, el día 1 de diciembre.
Ese regalo de otoño llovido del cielo que muchas estaciones aún conservan con su lazo fue abierto, sin embargo, enseguida en Masella. La estación de la Cerdanya aprovechó esas tempranas precipitaciones en forma de nieve para marcar un hito histórico en el esquí y pulverizar su propio récord, al subir el telón de la temporada 2018/19 el día 1 de noviembre. Jamás una estación del Pirineo había estrenado una campaña de esquí en una fecha tan temprana. Para encontrar un antecedente similar hay que remontarse al 2008 y viajar también hasta Masella. La estación de la Cerdanya estrenó ese año la temporada el 8 de noviembre.
La capacidad de reacción de Masella para poner en marcha sus instalaciones –esta estación también destaca por alargar la campaña hasta el mes de mayo– ayuda a caldear el ambiente del esquí, algo de lo que al final se beneficia el resto de las estaciones. Como ocurre también, afirma Pep Albós, responsable de marketing de Baqueira Beret, “cuando el frío, como ha pasado este otoño con el temporal de finales de octubre, llega antes de lo esperado”.
La noticia de que ha nevado en el Pirineo cuando aún nadie piensa en el esquí despierta a los amantes de ese deporte. “Es algo que detectamos al multiplicarse cuando ocurre esto las llamadas para cerrar reservas de cara al puente de la Constitución y las vacaciones de Navidad”, añade Albós.
La nieve acumulada en cotas superiores a los 1.800 metros por las nevadas de octubre es la mejor garantía, ahora mismo, en la tarjeta de presentación de las estaciones en sus campañas de ofertas para el largo puente de la primera semana de diciembre. Las festividades de la Constitución y la Inmaculada se han convertido en este sector en fechas claves para el negocio de la nieve. Algunos complejos puede facturar esa primera semana de diciembre, si el año es generoso en precipitaciones, hasta un quince por ciento del total de
La ola de frío de finales de octubre deja un colchón de nieve en cotas altas y anima las reservas de diciembre
lo ingresado a lo largo de toda la campaña.
Los empresarios del esquí confían esta temporada que está a punto de arrancar en repetir como mínimo los resultados de la campaña del año pasado. Para la mayoría de los complejos de los Pirineos, la temporada 2017/18 fue muy positiva en cifras. Hubo nieve en toda la cordillera y la mayoría de las estaciones cerró con un incremento de visitantes.
Los complejos gestionados por Ferrocarrils de la Generalitat (La Molina, Vall de Núria, Espot, Port Ainé y Vallter 2000) vendieron 714.535 días de esquí, un 17% más de forfaits que el año anterior. Masella cerró con una cifra récord de más de medio millón de esquiadores, y Baqueira Beret, con cerca de 900.000, ochenta mil visitantes más que la campaña 2016/17. Otros complejos como Boí-Taüll o Port del Comte también hicieron una buena temporada a pesar de que el clima, a veces por un exceso de nieve, no les acompañó.