Exalcaldes
Contábamos aquí hace unos días el dilema que el exconseller Quim Forn tenía en la celda de la prisión de Lledoners sobre si presentarse o no a las elecciones municipales de Barcelona. Aunque todavía no ha dado su última palabra, sí está dispuesto a ayudar si es necesario. Todo depende de un par de factores muy vinculados. El primero es si su partido es capaz de encontrar un candidato potente para disputar la batalla electoral con garantías y de si los posconvergentes aclaran la fórmula de su candidatura. De momento, ninguna de las dos cuestiones tiene respuesta. También decíamos que en la decisión de Forn pesaría el resultado de los sondeos internos que realiza su partido y en los que se barajan distintos nombres, incluido el suyo. Los resultados de estas encuestas han sorprendido porque el nombre más valorado es el exalcalde Xavier Trias, seguido del propio Quim Forn. Jordi Graupera sale el cuarto, y Ferran Mascarell, el último.
El electorado guarda un buen recuerdo de la gestión de Trias, y hay seguidores de los exconvergentes que todavía hoy no se explican por qué la noche electoral del 2015 tiró la toalla tan rápido y adjudicó la alcaldía a Ada Colau sin explorar alianzas que, aunque extrañas, le hubieran mantenido en el cargo. Quizás por esa razón, Trias ha seguido en el Consistorio toda la legislatura –incluso amagó con una moción de censura– y se ha mostrado dispuesto a volver a presentarse si se lo pide su partido. Pero el presidente del PDECat, David Bonvehí, dijo ayer que trabajan en una candidatura que contenga a Neus Munté, Ferran Mascarell, Quim Forn y Jordi Sànchez bajo el paraguas de Junts per Catalunya, mientras que desde Bélgica se barajan otros nombres como el de la consellera de Cultura, Laura Borràs.
Muchos dirán que Trias es el pasado, pero los posconvergentes tienen un lío tan enorme que no descartan ninguna opción. Y menos después de ver que otro veterano de la política como Ernest Maragall ha dado el paso. Trias (72) es tres años más joven que Maragall (75) y se ve con fuerza para intentarlo. De momento, el PDECat cuenta con Trias para ocupar un lugar simbólico en la lista, pero falta mucho tiempo todavía y habrá que ver qué pasa con el partido o lo que quede de él si finalmente estalla por las tensiones internas entre Waterloo y Barcelona.
Es curioso cómo el electorado valora a los exalcaldes. El PSC tanteó antes del verano a Jordi Hereu para que fuera su candidato en lugar de Jaume Collboni, y eso que Hereu fue derrotado por Trias y puso fin a más de treinta años de gobierno de izquierdas en Barcelona. Pero nuevamente los sondeos de los socialistas indicaban que podría obtener mejor resultado que Collboni.
Lo mismo pasó en ERC. Las encuestas señalaban a Ernest Maragall con mayores posibilidades que Alfred Bosch y los republicanos no dudaron en cambiar al candidato. El electorado identifica a Maragall con la gestión de su hermano Pasqual y, en este sentido, los barceloneses podrían realizar un acto de gratitud y homenaje al alcalde olímpico votando a su hermano. Los que han sido alcaldes explican que ostentar ese cargo es una de las cosas más importantes que le pueden pasar a un político. Manuel Valls también fue alcalde y siempre que puede lo recuerda. ¿Qué tendrá esa vara de mando?
Los sondeos internos del PDECat entran en la discusión sobre quién liderará la candidatura de Barcelona