Ramco: o cómo litigar sin dinero o sin riesgo
Los fondos de litigación se abren camino en el mundo de los negocios, sobre todo en los países anglosajones, y ahora también en España. El funcionamiento es muy sencillo. El fondo o el potencial demandante –la iniciativa puede ser de cualquiera de los dos– detectan una oportunidad para litigar: un perjuicio causado por una empresa, un competidor, el Estado o quien sea. El fondo realiza un estudio preliminar y valora la situación desde el punto de vista jurídico. Es decir, realiza un juicio de probabilidades de éxito de una acción judicial y, si lo ve factible, acepta o propone al cliente su financiación. Las combinaciones son infinitas, pero, por lo general, el fondo corre con todos los gastos legales para litigar y también con los de una eventual condena en costas. Si se gana, se lleva un buen porcentaje de lo obtenido, que puede llegar al 30% o incluso más. “El fondo de litigios permite, aparte de financiar los costes del pleito, contar con un equipo altamente cualificado de expertos que aportan valor añadido a la posición de la empresa en el litigio”, explica Cristina Soler, socia de Ramco Litigation Funding. Ese es parte de su atractivo. Contratar a un fondo como el de Ramco no sólo permite litigar al que no puede hacerlo o no quiere asumir el riesgo, sino que le da la posibilidad de ir a por todas con el mejor equipo posible sin escatimar en gastos.