Detenido en Japón el presidente de Nissan y Renault
El arresto por fraude fiscal se produce tras una investigación interna de la firma
Conmoción en Japón, donde es una leyenda, y en la industria mundial del automóvil por la detención en Tokio de Carlos Ghosn, máximo responsable de Nissan y Renault. La propia compañía japonesa denunció los hechos.
Hasta ayer, Carlos Ghosn era todo un icono de la industria automovilística. Trabajador infatigable especializado en reflotar empresas, este brasileño de nacimiento con ascendencia libanesa y pasaporte francés es en la actualidad presidente y consejero delegado de la alianza que conforman Nissan, Renault y Mitsubishi Motors, el mayor grupo de fabricantes del sector. Su fama es tal que se le considera el hombre de negocios extranjero más influyente de Japón, en donde su estatus le ha valido incluso para protagonizar una serie de manga.
Por eso, la noticia de su detención ayer a manos de las autoridades niponas por fraude fiscal pilló a todo el mundo por sorpresa y cayó como una bomba sobre el sector de las cuatro ruedas, que vio cómo las acciones de Renault se desplomaban más de un 10% en la Bolsa de París. El impacto en los títulos de Nissan se verá hoy, ya que el escándalo saltó cuando los mercados nipones ya habían cerrado.
El arresto de Ghosn, de 64 años, tuvo lugar después tras una investigación interna en Nissan demostrara que el alto cargo ocultó durante años parte de su salario con el fin de no pagar impuestos y desvió fondos de la empresa para fines personales. En el caso también se ha visto involucrado otro alto directivo de la firma, Greg Kelly, que también fue apresado. Al parecer, las pesquisas dieron comienzo después de que algunos empleados alertaran de ciertas irregularidades, aunque la firma no quiso especificar cuándo recibió el aviso ni el tiempo que han dedicado a la investigación. Más tarde, fue la propia empresa la que dio constancia de esas malas prácticas a la Fiscalía japonesa.
Según la agencia nipona Kyodo, los investigadores sospechan que el directivo habría dejado sin declarar una retribución de hasta 5.000 millones de yenes (unos 38,5 millones de euros) al regulador bursátil durante un lustro a partir del 2011. Tan solo en el ejercicio del 2017, el empresario ganó oficialmente unos 14,7 millones de euros, una cifra que aúna las pagas de las tres compañías de la alianza automovilística que dirige (7,4 millones de Renault, 5,6 de Nissan y 1,7 de Mitsubishi, de acuerdo con los cálculos de Bloomberg).
Tras el revuelo causado, el consejero delegado de Nissan, Hiroto Saikawa, compareció ante la prensa para pedir “sinceras disculpas” a los accionistas, empleados y clientes, asegurando que él mismo sentía una “gran decepción, frustración, desesperación e indignación”. “Son actos que no pueden ser tolerados”, resumió el directivo, que propondrá formalmente este mismo jueves la destitución de Ghosn y de Kelly al Consejo de Administración en una reunión extraordinaria.
Para Saikawa, el hecho de que el brasileño-francés concentrara tanto poder en sus manos podría ser una de las causas que explicaran su comportamiento. “Tenemos que asegurarnos de que en un futuro no dependamos de individuos específicos y contemos con una estructura más sostenible”, añadió. Al cierre de esta edición, Renault y Mitsubishi Motors –también presididas por Ghosn–, no se habían pronunciado sobre el escándalo.
Quien sí habló fue el presidente francés, Emmanuel Macron, que tras conocer la noticia aseguró que todavía es pronto para realizar comentarios sobre la detención, pero que su Gobierno, “como accionista, seguirá siendo extremadamente vigilante sobre la estabilidad de la alianza, el grupo (Renault) y sus empleados, que cuentan con el apoyo total del Estado”. Francia posee
un 15% de Renault, que a su vez tiene el 43,3% de Nissan. Tras comenzar su carrera en Michelin, Ghosn pasó a Renault en 1996. Tres años después se unió a Nissan después de que la francesa comprase una participación de control en la nipona, de la que pasó a ser consejero delegado en el 2001. Su apuesta por la globalización impulsó la firma de la alianza estratégica entre ambas compañías, a la que se sumó Mitsubishi en el 2016. Su caída en desgracia se produce en un momento clave para la industria, que se enfrenta a retos como el del auge del coche eléctrico o los servicios de coche compartido, por lo que habrá que ver cómo afecta su arresto a la alianza de estos tres grandes.
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