Toneladas de ayuda
La familia de un niño con una enfermedad rara recoge cada mes dos millones de tapones en 214 puntos repartidos por Catalunya
Noelia Canela empezó hace más de tres años a recoger tapones con la ayuda de su familia y amigos. Acababan de diagnosticar a su hijo una enfermedad congénita minoritaria, fatal y aún sin cura ni tratamiento. El esfuerzo de Noelia, sus familiares y una red de colaboradores entregados ha servido para impulsar la Fundación Noelia, niños contra la Distrofia Muscular Congénita por déficit de Colágeno VI. La recogida de tapones explica parte del éxito.
“Nos ayuda a recaudar fondos, pero nos ha servido sobretodo para darnos a conocer gracias a la distribución de los puntos de recogida”, destaca Noelia, que vive con su hijo Adrià, de ocho años, y su familia en Camarles (Baix Ebre). Una forma de difusión gratuita de la enfermedad –su hijo fue el primer diagnosticado en España– que no podrían costear. Llevan a cabo otras iniciativas solidarias.
Su esfuerzo, titánico, sirve para recoger cada mes y medio seis toneladas de tapones (1.200 euros por más de dos millones de unidades). Los ingresos obtenidos se destinan a fomentar la investigación médica de la enfermedad. “Nuestra campaña no tiene final”, añade Noelia. El objetivo, hallar un tratamiento y llegar a curar una enfermedad degenerativa que produce una muy grave atrofia muscular.
La gran cantidad de iniciativas similares y la dificultad por organizar logísticamente la recogida, transporte y gestión de los tapones explican que algunas empresas se hayan especializado en atender esta demanda, ofreciendo sus servicios para poner en contacto las campañas solidarias con empresas de recuperación de plásticos. Es el caso de Iniciatives Solidàries del Reciclatge, que trabaja con una de las empresas pioneras, Plàstics Güell, del Baix Llobregat, y colabora con la Fundación Noelia.
“Colaboramos con unas sesenta iniciativas, entre una treintena de entidades y asociaciones y también particulares que recogen tapones en Catalunya; cada mes llevamos a procesar entre 20 y 25 toneladas de tapones”, explica Anna M. Viguera, su gerente.
La demanda es tan grande que una de las principales empresas de transporte urgente (SEUR) se ha volcado con el tapón solidario. A través de su fundación ha colaborado desde el 2012 en 153 campañas, con la recogida de 4.800 toneladas de plástico (2.400 millones de tapones) que han permitido recaudar más de un millón de euros (Tapones para una nueva vida). “Es un beneficio social y reduce el impacto medioambiental, cada kilo de tapones recogidos supone eliminar un kilo de vertidos”, destaca Ramón Mayo, presidente de la Fundación SEUR.
Las campañas no se detienen. Seur está recibiendo actualmente una nueva petición cada cuatro meses, aunque el ritmo aún había sido más alto. La fundación realiza un seguimiento de las campañas solidarias para garantizar su veracidad y un comité prioriza las peticiones, como también controlan la finalidad de los tapones en Iniciatives Solidàraies del Reciclatge.
“No aceptamos ninguna campaña que no sea con una finalidad social. La transparencia es total”, asegura Viguera. Su empresa intenta además que si una campaña consigue su objetivo, como recaudar dinero para una operación o la compra de una silla de ruedas, la misma red sirva después para otras causas.
Plásticos Güell empezó en el 2012 a recibir tapones solidarios a raíz de una campaña que surgió para comprar una silla de ruedas ortopédica a una niña de Igualada con una discapacidad psicomotora.
Desde entonces no han parado. “Forma parte de nuestro negocio y es una buena causa”, dice Neus Balagué, su gerente. Una mezcla de intereses y sensibilidades ha dado forma a una de las campañas solidarias ambientales más grandes de la última década. El éxito, fruto de la abnegación: tapón a tapón.
La Fundación Noelia dedica todo el dinero obtenido gracias al reciclaje a financiar la investigación médica