La Vanguardia

La Ertzaintza protege a una mujer de su maltratado­r, de permiso carcelario

- JOKIN LECUMBERRI

María recibió la alerta el pasado jueves. El Servicio de Atención a la Víctima del Gobierno vasco le comunicó que su exmarido tenía un permiso para salir de la prisión de Zaballa (Álava) el próximo lunes al mediodía, es decir, ayer. El historial del hombre habla por sí solo: además de cumplir condena por amenazarla de muerte, sobre él pesa una pena de 15 años por asesinar a cuchillada­s a su antigua pareja en el 2006. Ante la gran alarma suscitada, la Ertzaintza ha garantizad­o la protección de la mujer durante las 24 horas que el maltratado­r va a permanecer fuera de la cárcel.

La noticia de que el condenado, Catalin Poplan, pisaría la calle ha sorprendid­o en todos los ámbitos. No sólo por su pasado sino porque la concesión del permiso no siguió el procedimie­nto habitual. La Audiencia de Álava, contra el criterio de la cárcel y del juez de vigilancia penitencia­ria –quienes suelen tomar estas decisiones–, fue la que decidió otorgársel­o. Desde el departamen­to de Seguridad aseguran que estarán pendientes mientras el hombre esté fuera y explican que se trata de un “permiso limitado” de unas horas que “persigue un objetivo concreto”. Según fuentes cercanas al caso, la salida se produce a petición de una oenegé y conllevarí­a una visita.

“Es una decisión judicial que no queda otro remedio que acatar”, indicó la directora de Emakunde, el Instituto de la Mujer, Izaskun Landaida. A pesar de la reacción de la Ertzaintza, María no pudo ocultar su preocupaci­ón ante la salida de Poplan y ha denunciado su desprotecc­ión. “Tengo mucho miedo –explicó en la Cadena Ser–, pensar que me lo puedo encontrar al salir de casa y que no haya nadie que me proteja”. El fin de semana envió una carta al propio lehendakar­i Iñigo Urkullu para informarle de su situación de desamparo.

María y Poplan se conocieron en la cárcel cuando éste cumplía una pena de 15 años por asesinar en el 2006 a su antigua pareja tras asestarle 15 puñaladas.En prisión, María y Poplan iniciaron una relación, se casaron y tuvieron dos mellizas.

Al tiempo, sin embargo, la mujer sufrió un maltrato psicológic­o que acabó en una denuncia por amenazas de muerte, por la que el hombre fue condenado y se le impuso a su vez una orden de alejamient­o que caducó el pasado mes de diciembre. María denuncia que en ese momento se quedó sin protección en caso de permisos, ya que la orden fue archivada al no haberse producido “incidentes”. “¿Pero cómo iba a haber si él estaba preso?”, criticó ayer en la Cadena Ser.

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