Se hizo la luz.
Barcelona encendió ayer su iluminación navideña, más austera que la de otras ciudades.
No hizo falta que el Senyor Hivern le diera a ningún interruptor para que los 100 kilómetros de luces de colores con los que la ciudad saluda a la Navidad –o a las fiestas del solsticio– se encendieran. O no es humano o es un mago, pero lo cierto es que bastó que este gigante de más de cuatro metros, un ser desubicado, de movimientos parsimoniosos pero elegantes, que guarda un vago parecido con el insufrible abuelito de la aún más insufrible Heidi, abriera El gran llibre de les petites coses para que se hiciera la luz en Barcelona. Una luz apañada, pero que no deslumbra, bastante acorde con esa imagen un tanto mortecina que proyectan las calles de muchos barrios de la ciudad cuando anochece.
El Senyor Hivern fue el invitado de la alcaldesa Colau en el acto de encendido de las luces navideñas, que el Ayuntamiento trasladó este año, con gran éxito de público, a la rambla Guipúscoa, en el distrito de Sant Martí. Este tipo gélido hizo allí su primera aparición estelar procedente de un país desconocido. Las diversas fuentes consultadas por La Vanguardia no se ponen de acuerdo. Unas dicen que fijará temporalmente su residencia en esta ciudad. Otras, en cambio, aseguran que, nada más terminar la ceremonia, partió de nuevo rumbo a su tierra. Y las fake news hacen correr el bulo de que, por culpa de los elevados precios de los alquileres, no podrá permanecer entre nosotros. Hay quien añade que, en cualquier caso, este gigante bonachón que parece salido de la imaginación delirante de Roald Dahl no se dejará ver fácilmente, sobre todo por las noches. A pesar de su impresionante chasis, teme las calles oscuras e inseguras. Lo que sí está claro, porque lo establece su contrato, es que el 21 de diciembre se instalará por unos días en La Ciutat dels Somriures, o sea, en la plaza Catalunya, y se convertirá en atracción de feria (sostenible).
El Senyor Hivern ha pasado a engrosar la cada vez más larga nómina de personajes infantiles de la Navidad. Es el más nuevo de la colla en un país de niñas y niños tan inteligentes y equilibrados que son capaces de ligar sus sueños y deseos a los caprichos de un tronco cagón, un hombre del saco de edad provecta y carcajada extemporánea embutido en un pijama rojo y tres monarcas de Oriente que sobreviven de milagro al regicidio simbólico practicado por las autoridades locales.
En los balances de cuentas de las asociaciones de comerciantes de la ciudad la de la ornamentación navideña es una de las partidas más costosas. Supone un gran esfuerzo económico y, por ello, piden ayuda al Ayuntamiento. Este año algunos han desistido de colgar las luces a pesar de que el Ayuntamiento ha aceptado adelantar media hora el encendido, para que coincida más tiempo con el horario comercial. Eso sí, también hay que apagar treinta minutos antes para “no perturbar el descanso de los vecinos” (sic). El Consistorio de Barcelona, a diferencia de los de otras ciudades en los que la administración local tira la casa por la ventana, ha destinado a alegrar con colorines estas fiestas un total de 860.000 euros que se han repartido 76 asociaciones distintas. Poco parece, sobre todo si se compara con el dispendio/inversión de otras capitales y con la orgía de luz que está montando, por ejemplo, el alcalde de Vigo. Para quien no esté al caso, Abel Caballero retó a Nueva York, París y Tokio para que intentaran superar el espectáculo que, asegura el veterano socialista, su ciudad va a ofrecer a partir del sábado. Es de Vigo, no de Bilbao. El ilustre caballero a Madrid y a Barcelona ni las cita “porque se nos quedan allá, pequeñitas”.
Hace dos décadas las luces de Navidad eran objeto de uno de esos encendidos debates tan genuinamente barceloneses. ¿Tradicionales o de diseño? Hoy, lamentablemente, la gente discute por cosas más serias y hasta un personaje tan singular como el Senyor Hivern pasará por la Navidad sin pena ni gloria.
El Senyor Hivern enciende la decoración de Navidad en una Barcelona austera en cuestión de luces
VEA EL VÍDEO DEL ACTO DE ENCENDIDO DE LAS LUCES DE NAVIDAD
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