Nuevo ataque con arma blanca a vigilantes del metro
Los guardias lograron desarmar al agresor el fin de semana en la L4
El subsuelo de Barcelona, los intercambiadores de metro y ferrocarril, los andenes, vestíbulos y túneles, se está convirtiendo en escenario habitual de problemas de ciudadanos. El último incidente sucedió la madrugada del domingo pasado, alrededor de las 2.30 horas, cuando un hombre intentó agredir con un cuchillo de grandes dimensiones a un vigilante de la línea 4 del metro.
Un hombre estaba en la parte de cola del tren del andén en la parada de Besòs Mar. Se acercó a unos agentes, que estaban en el otro extremo, gritándoles y amenazándoles. En un momento se sentó justo al lado de una mujer con un carrito de bebé. “El hombre estaba con una actitud desafiante y agresiva. La mujer estaba muy asustada y se había quedado con su bebé en medio, entre el agresor y nosotros. Todo era a muy corta distancia”, explica Raúl Barberán, el agente de seguridad que intervino en el suceso.
A continuación, el hombre se levantó y sacó un gran cuchillo que tenía escondido en los pantalones y se dirigió hacia el vigilante. “Me centré en la situación y sólo pensaba en la mujer y el bebé. Estaba apenas
a dos metros de distancia y su intención era clavármelo”, relata Barberán.
En ese instante pasó un tren, al que subió la mujer con el bebé, y el guardia de seguridad rodeó al atacante por su parte derecha. Consiguió inmovilizarle mientras el otro compañero le quitaba el cuchillo. Tras un forcejeo, el agresor consiguió zafarse y logró huir de la estación. Afortunadamente no hubo que lamentar heridos gracias a la actuación de los agentes.
“Esa misma noche en otra parada de otra línea otro compañero sufrió un botellazo en la cabeza. Es el pan nuestro de cada día”, se lamenta Barberán. Sin ir más lejos, hace unas semanas se registró otro incidente con arma blanca en el metro: un vigilante fue apuñalado en la estación de Paral·lel cuando quiso separar a dos grupos que se peleaban.
Por el momento se desconoce la identidad del agresor de la parada de Besòs Mar. Los vigilantes, que han denunciado los hechos a los Mossos, entregaron a la policía el arma y una gorra que se le cayó al atacante tras el forcejeo. “El cuchillo, con una hoja de unos 25 centímetros, estaba muy afilado. Cuando lo metí en la bolsa la cortó”, explica Barberán, que se dedica al sector de la seguridad privada desde hace 25 años.
Según la descripción del agente, el hombre que portaba el cuchillo tiene unos 35-40 años, mide 1,75 metros y lleva el pelo, de color castaño, casi rapado. Vestía pantalón oscuro, sudadera azul, gorra negra y zapatillas deportivas claras.
Fuentes de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) han confirmado los hechos a La Vanguardia. Los Mossos mantienen una investigación abierta para identificar y localizar al individuo.