El ‘black friday’ dará el impulso definitivo al patinete eléctrico
El comercio prevé el éxito de un artilugio que está cambiando el transporte urbano
Todo apunta a que el patinete eléctrico será uno de los productos más vendidos hoy durante el black friday y también en la campaña de Navidad. Se trata de un fenómeno fulgurante que está revolucionando el transporte urbano.
Si considera que ya hay muchos patinetes eléctricos circulando por las calles de Barcelona, prepárese. El artilugio de dos ruedas tiene todos los números de ser uno de los más vendidos en el black friday y en Navidad. Los proveedores tienen los almacenes llenos de patinetes preparados para integrarse como una opción más en los desplazamientos habituales en la ciudad.
“La expansión del patinete no ha nacido de ninguna campaña de publicidad, ha sido la recomendación de los usuarios a sus círculos más cercanos lo que ha hecho crecer exponencialmente su uso en Barcelona”, explica Xavier Oliva, propietario del establecimiento Urban Fun, que importa patinetes eléctricos desde hace ocho años, aunque ha sido en los últimos meses cuando ha visto como se convertían en el tipo de vehículo más demandado.
El modelo del también fabricante de teléfonos móviles Xiaomi es el más vendido aunque el catálogo es amplísimo. Los precios van de 350 a 3.000 euros, pero el 90% de ellos son de menos de 1.000 euros.
La preocupación de las autoridades y los expertos en movilidad es que todos estos nuevos usuarios que empiecen a usar patinete en las próximas semanas estén informados de lo que pueden hacer a bordo de las dos ruedas. “Tenemos unos folletos del Ayuntamiento e informamos a todos los que lo compran”, asegura Oliva, que también asesora a sus clientes sobre los complementos obligatorios como las luces y la recomendación de llevar casco. Lo mismo hacen en Solo Rueda, otro establecimiento de Barcelona especializado en vehículos de movilidad personal. En cambio, las grandes superficies no dan ninguna consigna y el comprador se enfrenta a la jungla urbana sin tener claro lo que puede hacer y lo que no en ese delicado ecosistema formado por bicis, motos, coches y peatones.
Al director técnico de la fundación RACC, Lluís Puerto, le recuerda a la eclosión de las bicicletas en Barcelona hace una década. “Los momentos de disrupción inicial generan conflicto porque es un cambio del statu quo”, considera Puerto, que considera los patinetes como algo más que una moda pasajera y cree que han llegado para quedarse. Es por eso que insta a vigilar el cumplimiento de la normativa.
La falta de homologación y la facilidad de trucar algunos modelos para alcanzar más velocidad sin esfuerzo constituyen uno de los principales problemas. El vídeo en el que se veía la semana pasada a dos personas subidas en un patinete circulando a 70 km/h por la Diagonal es una muestra. El gerente de Solo Rueda, Francesc Llevat, defiende que “la responsabilidad de su correcto uso debe ser del usuario, un coche tampoco va limitado a 120 kilómetros por hora pese a que no puede circular a más velocidad”.
La dirección general de Tráfico (DGT) trabaja en una regulación clara que irá en la línea de la que ya rige en Barcelona, la ciudad que fue pionera en este campo y que dirige al patinete a usar el carril bici. En
Los establecimientos especializados explican la normativa pero en el resto se venden sin dar ninguna consigna clara
función de dicha normativa, la Guardia Urbana de Barcelona ha puesto 1.468 denuncias en lo que va de año por uso indebido de vehículos de movilidad personal (en gran parte patinetes pero también se incluyen en esta categoría las ruedas y otros aparatos similares). Los principales motivos de multa son la circulación de riesgo, desplazarse por un lugar que no corresponde, la falta de elementos de seguridad y el exceso de velocidad.
Con las sanciones ha pasado como con los propios patinetes, se han disparado durante los últimos meses. Las 1.468 impuestas en lo que va de año son siete veces más que las 205 del año 2017, cuando entró en vigor la nueva normativa del Ayuntamiento de Barcelona. Consistorios como el de Esplugues de Llobregat, Sant Cugat del Vallès y Sant Feliu están trabajando activamente para tener unas ordenanzas similares a la de Barcelona lo antes posible. El Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) ha remitido a los 36 municipios del entorno de la capital unas pautas que seguir para que la regulación sea similar en todo el continuo metropolitano.