Gustav Möller
CINEASTA
El joven director danés (30) reinventa el minimalismo cinematográfico en su película The guilty, candidata al Oscar a la mejor cinta extranjera, que cuenta un secuestro sin más armas narrativas que los diálogos telefónicos de un policía.
El danés Gustav Möller ha reinventado el minimalismo cinematográfico. Su película The guilty, candidata al Oscar a la mejor cinta extranjera, cuenta la historia de un secuestro sin más armas narrativas que los diálogos telefónicos de un policía con los protagonistas del suceso y con otros agentes, desde la centralita de emergencias del cuerpo. El relato se desarrolla en tiempo real, con el destacado actor Jakob Cedergren como condensador de una fuerte carga de intriga y drama. El largometraje, de estreno en España hoy viernes, resulta en un thriller de máximo suspense donde las persecuciones, secuencias de intriga y alguna que otra escena de violencia se siguen con el pulso acelerado, sin que las veamos pero pudiendo imaginarlas con toda claridad.
“Queríamos hacer algo nuevo”, explica Möller a La Vanguardia al comentar cómo surgió la idea de hacer una película de acción trepidante en un recinto cerrado donde unos pocos policías hablan por teléfono. El director recuerda que no se trata del primer largometraje que se desarrolla “en un solo decorado”. Pero no serán tantos los que deslocalizan de ese modo los distintos hechos relacionados con un crimen; ahí está lo novedoso.
El germen original del filme es un hecho real. “Hace un tiempo encontré en YouTube la llamada al 112 de una mujer secuestrada, mientras estaba al lado de su secuestrador. La conversación duraba 20 minutos. La víctima no podía hablar claramente. La tensión era tremenda”, recuerda. Möller pensó que lo que había visto y escuchado podía servir como premisa de un thriller. Lo habló con su coguionista, Emil Nygaard Albersten, que se convenció enseguida, y los dos estuvieron de acuerdo en que lo más efectivo sería ajustar el tiempo de la narración al de lo narrado. Eso añadía una limitación a la ya muy importante de rodar en una sola estancia (de dos habitáculos comunicados). Pero lo importante era transmitir emoción.
“Siempre he pensado que la mejor forma de crear tensión es no
“Para crear tensión es mejor no enseñarlo todo, porque lo que no vemos es siempre peor”, dice Möller
enseñarlo todo”, continúa el cineasta. “Lo que no vemos es mucho peor que lo que vemos. Por eso nos da miedo la oscuridad: porque imaginamos lo que no podemos ver”. Eso explicaría el hecho de que las películas de terror siempre den más miedo “antes de que aparezca el monstruo”.
En este caso, el espectador crea una imagen de lo que hay al otro lado del teléfono del protagonista, el oficial Asger Holm, “y esa imagen es más personal y más fuerte que si yo la mostrase”, subraya Möller. La magia se completa con el sonido, que ayuda a imaginar.
El personaje del policía es un tipo misterioso. Está de paso en la centralita de emergencias: le han castigado a trabajar ahí por un tiempo a causa de algún exceso por el que van a juzgarle al día siguiente pero del que sólo al final sabremos algo.
Jakob Cedergren aspira al premio de la Academia de Cine Europeo (EFA), que se otorgarán el 15 de diciembre en Sevilla, por su trabajo en The guilty. “Le admiro mucho desde que lo vi en Submarino, de Thomas Vinterberg”, dice el director. No es para menos.