Espionaje postsoviético
EE.UU. había sancionado a Kórobov por la acción del GRU
El Ministerio de Defensa de Rusia anuncia la muerte de Ígor Kórobov, el jefe de la inteligencia militar rusa, conocida como GRU, “de una larga y grave enfermedad”, sin dar más detalles.
El jefe de la inteligencia militar rusa, conocida como GRU, falleció “de una larga y grave enfermedad” el miércoles, anunció ayer el Ministerio de Defensa de Rusia, sin dar más detalles. El coronel general Ígor Kórobov llevaba dos años en ese puesto y su mandato ha coincidido con un tiempo en el que los espías uniformados rusos vuelven a tomar protagonismo mientras la tensión internacional apunta a una repetición de la guerra fría.
A sus agentes se atribuyen operaciones encubiertas en Occidente, la más conocida el supuesto intento de envenenamiento del exespía doble Serguéi Skripal y su hija Yulia este año en el Reino Unido. Igual que en la guerra fría, en Rusia se niega. Pero al mismo tiempo se critican los “fallos” de unas operaciones que, en teoría, deberían seguir siendo secretas.
El Ministerio de Defensa ruso calificaba ayer a Kórobov como un “patriota” y “un verdadero hijo de Rusia”. Nacido en 1956 en Viazma (provincia de Smolensk), hizo carrera en las fuerzas aéreas tras graduarse en la academia de aviación de Stávropol en 1973. Desde 1985 trabajaba en el GRU, la agencia que comenzó a dirigir en el 2016.
Ese mismo año Estados Unidos lo incluyó en las listas de altos funcionarios y ciudadanos rusos objetos de sanción. El motivo fueron “las actividades del GRU”. EE.UU. acusaba a la agencia de organizar ataques cibernéticos contra los servidores del Partido Demócrata en el 2016 para interferir en las elecciones presidenciales de ese año.
El caso más controvertido es el intento de envenenamiento en marzo pasado de Serguéi Skripal, un excoronel del GRU que empezó a pasar información al MI6 británico en la década de 1990, y de su hija Yulia en la ciudad británica de Salisbury. Londres acusa a Moscú y al GRU del ataque, aunque el Gobierno ruso lo niega todo.
Holanda cree que la agencia rusa también intentó piratear el sistema informático de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), con sede en La Haya.
A sus agentes también se los ha situado en conflictos armados, como los de Siria o Libia. Se les ha acusado de participar en un golpe de Estado en Montenegro o de actuar en el este de Ucrania. Y el propio presidente de Rusia, Vladímir Putin, admitió en el 2015 que efectivos del GRU se desplegaron en Crimea poco antes de la anexión en marzo del 2014.
Que se hayan conocido estas operaciones, que deberían haberse mantenido lejos del ojo público, supone un fracaso para el GRU.
El caso Skripal no sólo se ha convertido en Occidente en un escándalo que ha aumentado el grado de enfrentamiento con Rusia. Moscú ha tenido que sufrir la humillación de que el Reino Unido revelase la identidad de los supuestos agentes del GRU, Alexánder Mishkin y Anatoli Chepigá, que habrían usado nombres falsos para viajar a Salisbury y envenenar a sus objetivos con un agente químico conocido como Novichok.
Las autoridades británicas y holandesas también hicieron públicas las identidades de los cuatro activos del GRU que habrían fracasado en el intento de piratear las oficinas de la OPAQ. Los supuestos espías rusos tenían en su poder ordenadores portátiles y teléfonos móviles con programas del GRU. Uno de ellos conservaba incluso el recibo del taxi que le había recogido de la sede de la agencia en Moscú para ir al aeropuerto.
Varias informaciones periodísticas revelaron que Kórobov tuvo que hacer frente a críticas por estas operaciones fallidas. Según la emi- sora Eco de Moscú, a mediados del pasado septiembre Ígor Kórobov fue convocado para reunirse con Vladímir Putin y al volver a su casa se sintió indispuesto. Como el Ministerio de Defensa no dio detalles de su enfermedad, esa información provocó ayer especulaciones en Moscú. La emisora también informó que el Gobierno preparaba su sustitución para este mismo año.
Las funciones de Kórobov las ejercerá de forma interina su segundo, el vicealmirante Ígor Kostiukov, también sancionado por EE.UU.
El GRU (Directorio Principal de Inteligencia) fue renombrado en el 2010 como GU (Directorio Principal), aunque se le sigue conociendo con el nombre que lo hizo famoso en tiempos de la URSS. Rusia tiene otras dos principales organizaciones de espionaje: el Servicio de Seguridad Federal (FSB, procedente del KGB) y el Servicio de Inteligencia Exterior (SVR).
Las últimas operaciones fallidas han provocado críticas al espionaje militar ruso