Andrew Wheeler
ADMINISTRADOR EN FUNCIONES EPA
Andrew Wheeler es el administrador en funciones de la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) de Estados Unidos, que ha renunciado a seguir los acuerdos del clima de París pese a las evidencias de su urgencia.
Los niveles de los gases de efecto invernadero que atrapan el calor en la atmósfera han alcanzado otro máximo sin precedentes. Así lo indica un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en el que se destaca que “no hay indicios” de que no se está invirtiendo esta tendencia ya detectada hace años. Resultado de todo ello, según el organismo internacional, es que “se está desencadenando un cambio climático a largo plazo”, algunas de cuyas muestras más visibles son “la subida del nivel del mar, la acidificación de los océanos y un mayor número de fenómenos meteorológicos extremos”.
El último boletín de la OMM sobre los gases de efecto invernadero revela que la concentración media mundial de dióxido de carbono (CO2) ha pasado de 400,1 partes por millón (ppm) en el 2015 y 403,3 ppm en el 2016, a 405,5 ppm en el 2017.
También ascendieron las concentraciones de metano y de óxido nitroso. Otro detalle relevante es que ha reaparecido como un problema la presencia de CFC-11, un potente gas regulado por el acuerdo internacional para proteger la capa de ozono (convenio de Montreal, 1986) pero que también tiene un efecto sobre el calentamiento.
Desde 1990 se ha producido un incremento del 41 % del potencial de calentamiento debido a los gases de efecto invernadero; y el CO2 es responsable de un 82 % de aumento de ese forzamiento durante los últimos diez años, según las cifras proporcionadas por la Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera de los Estados Unidos de América que se citan en el Boletín de la OMM.
“La ciencia es clara: si no reducimos rápidamente las emisiones de CO2 y de otros gases de efecto invernadero, el cambio climático tendrá efectos cada vez más destructivos e irreversibles en la vida en la Tierra. Nuestras oportunidades de actuación están a punto de agotarse”, declaró el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
“La última vez que se registró en la Tierra una concentración de CO2 comparable fue hace entre 3 y 5 millones de años, cuando la temperatura era de 2 a 3° C más cálida y el nivel del mar, entre 10 y 20 metros superior al actual”, explicó Taalas.
Los gases invernadero (derivados de las actividades del hombre, y especialmente de la quema de combustibles fósiles la producción de electricidad, el transporte, la agricultura o los residuos) son arrojados a la atmósfera; y buena parte de estas emisiones permanecen en ella después de complejas interacciones con la biosfera, la criosfera y los océanos. Aproximadamente una cuarta parte de las emisiones totales son absorbidas por los océanos y otra cuarta parte, por la biosfera.
La información de la OMM se da pocos días antes del inicio de la nueva conferencia de la ONU sobre cambio climático de las Naciones Unidas, que tendrán lugar entre el 2 y el 14 de diciembre en Katowice (Polonia).
En este encuentro se deberán pactar las reglas de funcionamiento del Acuerdo de París (2015), y se deberá negociar la manera en que los países debe homogeneizar sus compromisos para reducir emisiones (pues en este pacto los países asumieron objetivos para recortarlas o frenarlas en el horizonte del 2025 ó el 2030 pero con referencias retrospectivas diferentes). El acuerdo de París pretende en última instancia contener el aumento de la temperatura media mundial lo más cerca posible de 1,5°C.
A esta cita acude el gobierno español con el compromiso de aprobar una ley de cambio climático, que incluye la previsión de renunciar a los vehículos de combustión a partir del 2014, y definir una ambiciosa estrategia para reducir las emisiones progresivamente hasta el año 2050.
Los nuevos datos de la OMM se suman a las pruebas científicas
“Los efectos serán cada vez más destructivos e irreversibles en la vida en la Tierra”
Desde 1990 se ha incrementado un 41% el potencial del calentamiento
aportadas recientemente por el Informe especial del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) sobre el calentamiento global de 1,5°C. El documento sostiene que las emisiones netas de CO deben reducirse hasta un
2 balance cero hacia el 2050.
Esto significa que la cantidad de dióxido de carbono que se arroje a la atmósfera para mitad de siglo sea igual a la cantidad de gases absorbidos por sumideros, naturales y tecnológicos). Esa es la meta para limitar el aumento de la temperatura a 1,5°C. En ese informe se señala que si se contiene el incremento de la temperatura por debajo de los 2°C se reducirán los riesgos y los impactos del calentamiento sobre el bienestar humano, los ecosistemas y el desarrollo perdurable.
“El CO2 permanece en la atmósfera durante cientos de años y aún más en los océanos. Hoy en día no existe una varita mágica para eliminar todo el CO2 excedentario de la atmósfera”, recordó la secretaria general adjunta de la OMM, Elena Manaenkova.
“Cada fracción de grado que contribuye al calentamiento global importa; de la misma manera que importa cada parte por millón de gases de efecto invernadero”, aseguró.
Según el informe especial del IPCC sobre el calentamiento mundial de 1,5°C, es necesario reducir de “forma drástica y rápida las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero en todos los sectores de la sociedad y la economía”, según ha recordado el presidente del Panel Intergubernamental de Expertos de Cambio Climático de la ONU, Hoesung Lee.
El boletín de la OMM sobre los gases de efecto invernadero se nutre de las observaciones del programa de vigilancia de la atmósfera mundial de estos organismos, que documentan los cambios en los niveles de los gases de efecto invernadero (resultado de la industrialización, el uso de energía procedente de fuentes fósiles, las prácticas agrícolas intensivas, el mayor uso de la tierra y la deforestación).
SOBRE LA MESA
Las Naciones Unidas llevan su documento a la conferencia de diciembre en Polonia