El testamento de Sandra Parks
Una mala pasada del destino. La peor. Hace un par de años, Sandra Parks, cuando cursaba el sexto curso (primero en la Middle School) escribió un ensayo (premiado) muy apropiado para la época que le ha tocado vivir, un tiempo de constantes tiroteos en su ciudad, Milwaukee, y en cualquier otro lugar del país.
Ni siquiera se salvan los lugares sagrados, ni las escuelas o los hospitales. Los proyectiles se cuelan en los territorios más inesperados, sean sinagogas o salas de conciertos.
“En la ciudad en la que resido, oigo y veo muestras de caos casi a diario. Niños pequeños son víctimas de la violencia sin sentido de las pistolas”, escribió la colegial.
“Como afroamericana, esto me hace sentir deprimida. Mucha gente ha perdido la fe en América y en su capacidad para convivir siguiendo el ejemplo del sueño del doctor (Martin Luther) King”, prosiguió.
En otro párrafo: “Me siento y he de escapar de lo que veo y oigo cada día. Cuando lo hago, llego a la misma conclusión… nos hallamos en el estado del caos”.
Familiares y amigos describen a Sandra Parks como una buena estudiante, enamorada de la escritura, en especial de la poesía.
Su ensayo dedicado a al reverendo Martin Luther
King, presentado el pasado curso en la celebración anual del líder de los derechos civiles, desarrollada en el Marcus Center for the Performing Arts de la metrópolis del estados de Wisconsin, le valió el reconocimiento al lograr el tercer puesto de honor.
En enero del 2017, Sandra y los otros ganadores fueron entrevistados en la radio pública de Wisconsin. Ella lo tituló Our Truth, nuestra verdad. “No podemos permitir que las mentiras de la violencia, el racismo y los prejuicios sean nuestra verdad”.
Pero “nuestra verdad”, su verdad, está escrita en los renglones torcidos de la epidemia armada que sufre Estados Unidos.
Este pasado lunes, según trascendió ayer, Sandra Parks, de 13 años, estudiante de la Keefe Avenue School, y en el tramo final para llegar a la high school ,al bachillerato, en el 2019, se encontraba en su dormitorio. Una stray bullet, una bala perdida disparada en el exterior, en un fuego cruzado que no tenía relación alguna con ella, se coló por la ventana mientras disfrutaba de la televisión.
“Lo afrontó como si fuera un soldado, explicó a la CNN su hermana Tatiana Ingram. Según esta versión, Sandra salió de la habitación y dijo: “Mamá, me han disparado y la bala ni siquiera era para mí”.
Tom Barrett, alcalde de Milwaukee, se refirió a “la locura” de la violencia de las armas en la ciudad y a nivel nacional.
“Sandra Park estaba en su dormitorio y no salió de casa con vida”, lamentó Barret en rueda de prensa.
“Trágicamente, su muerte fue causada por unos que decidieron disparar proyectiles hacia la casa y ella falleció”, recalcó.
La fiscalía anunció ayer que ha acusado a dos hombres, incluido uno al que hallaron escondido en un armario transcurrido un rato de la tragedia. No estaba claro si éste “oculto” era el objetivo de las balas.
Sandra tenía cerca la materia de su inspiración. La escuela pública de Milwaukee emitió un comunicado deplorando la muerte de esta estudiante. “Hemos de hacer todo lo posible para mantener seguros a nuestros hijos”, reiteró ese texto.
Pero en el paraíso de los inocentes no está sola. Sandra es la séptima niña o niño que ha fallecido por homicidio en este distrito escolar en el 2018. Hay más compañía en las jornadas previas a la conmemoración ayer de Thanksgiving o día de Acción de Gracias. En Atlanta, otra bala perdida –saltó de una vivienda a la de al lado– le costó la vida a una adolescente, la afroamericana Sonja Star Harrison, de 14 años, y embarazada de ocho meses. El no nacido también murió.
El testamento de Sandra Parks: “En lugar de pasar como barcos en la noche, debemos luchar hasta que nuestras verdades se extiendan a los confines del mundo”.
Una niña de 13 años autora de un ensayo contra las armas muere en su casa de Milwaukee por una bala perdida
“No podemos dejar que las mentiras de la violencia y el racismo sean nuestra verdad”, escribió