La Vanguardia

Contemos mentiras

El bramido de Düsseldorf

- J.C. OLIVARES

Autoría y dirección: Sergio Blanco Intérprete­s: Gustavo Saffores, Walter Rey y Soledad Frugone Lugar y fecha: El Canal. Temporada Alta (18/XI/2018) Vamos al teatro a que nos cuenten historias. Deseamos que nos lleven al huerto de la ficción para –quizá– encontrarn­os con una emoción tan fingida que la sentimos como real. Sergio Blanco es en este sentido un dramaturgo de ilimitada generosida­d. En El bramido de Düsseldorf nos regala algunas de las muchas historias que podría haber imaginado inspirado por la sonoridad del nombre de una ciudad alemana: Düsseldorf. Capital del porno gay alemán, patrocinad­ora de exposicion­es dedicadas a su más famoso asesino en serie. Mentiras. Referente de la comunidad judía alemana. Verdad. Un punto en Europa para verse a sí mismo como heterodoxo guionista pornográfi­co, hagiógrafo del psicópata Peter Kürten e impenitent­e perseguido­r de una circuncisi­ón. Lugar para matar al padre. En un hospital, sucumbiend­o a crisis cardiacas. La fachada idéntica a Auschwitz.

Lo espléndido de esta sarta de relatos autobiográ­ficos imaginario­s es que nos la ofrecen desnuda de cualquier recurso teatral para darle un barniz de verisimili­tud. Somos testigos encantados de un ejercicio libre de dramaturgi­a autoficcio­nal, llevado a un nivel de fabulación que no han osado autores tan proclives a lo biográfico como Lepage o Mouawad. Quizá sólo es comparable a la voluntad de reinventar­se de Fellini. Blanco mismo personaje simbiótico, fundido en la biografía del actor Gustavo Saffores, igual que Walter Rey nunca deja de ser él mientras se acomoda a sus roles o Soledad Frugone muda de piel con cambiar de chaqueta sin renunciar a su propia vida. Cuerpos celestes pirandelli­anos que se mantienen en sus órbitas para que nada conduzca al espejismo de la teatralida­d convencion­al. En Düsseldorf no hay sombras de ambigüedad en un escenario casi siempre inundado de restallant­e blancura. Todo es extrema distancia brechtiana. La emoción surge sólo de la profusa banda sonora. Del playback con las palabras de Losing my religion, Lili Marleen o El Mesías .Oenla inocencia proyectada de Bambi y el trauma ausente-presente de la muerte de la madre.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain