Intriga ‘off-screen’
The guilty
Dirección: Gustav Möller
Int..: Jakob Cedergren, Jessica Dinnage, Omar Shargawi Prod.: Dinamarca, 2018. Dur.: 85 min. Thriller
He aquí una trama de thriller tradicional: un hombre secuestra a su ex mujer y la lleva en coche hacia un paradero desconocido, primero en el asiento, más tarde en el maletero. En casa, la hija de seis años sufre y llora, en compañía de su hermanito, un bebé. Hay también un hecho sangriento y, como sucede a menudo en estas historias, las apariencias engañan, como demuestra su giro final.
La singularidad de The guilty está en que, de toda esta trama aquí resumida, no vemos nada, absolutamente nada, pues nos pasamos los 85 minutos del metraje, en tiempo real, acompañando al policía de emergencias que recibe la llamada de socorro de la mujer secuestrada y pone en marcha todo el dispositivo policial. Un único personaje, un espacio también único y una interminable serie de llamadas telefónicas, los mismos mínimos elementos con que Steven Knight levantó Locke, un ejercicio de estilo parecido al de Gustav Möller. El experimento funciona, atrapa con fuerza al espectador, gracias a un montaje dinámico, a un actor con gancho y a una perfectamente cronometrada gradación de los hechos que van entrando en juego en la resolución del caso y que generan tensión, suspense. La subtrama, concerniente al juicio que el protagonista ha de afrontar al día siguiente por un suceso que al final se nos revelará, cabe suponer que es una estrategia para adornar el minimalista esqueleto del filme (además de servir de espejo psicológico en la última conversación telefónica con la mujer secuestrada), pero sin ella The guilty habría supuesto un desafío mayor y subido enteros. /