“De este partido se hablará dentro de 70 y 80 años”
Santiago ‘Tano’ Pasman, aficionado del River Plate
Cómo ha pasado estas dos semanas? Con nervios, con mucho estrés. Demasiado. Pero es que es un partido que quedará para la historia, del que se hablará dentro de 70 y 80 años.
¿Qué significa ser del River?
A mí el amor al club me llegó a través de mi padre. Él tenía una platea en el estadio y desde los tres años que voy a la cancha. Llevo la camiseta de River en el corazón. Y yo se lo he transmitido a mis hijos. Es bueno tener una pasión compartida para unir a la familia. A mi esposa de las primeras cosas que le dije es que yo era de River, que no podía engañarla, que cada semana tenía que ver el partido.
¿Cuál ha sido la mayor locura que ha cometido por el fútbol?
¿De verdad tengo que responderle? Hubo un vídeo que se hizo viral de mi reacción al descenso de River a Segunda en 2012. Lo grabó mi familia para que yo viera que me transformaba. Querían que fuera al médico y fui. Me recetaron unos remedios y ya estoy más tranquilo.
“No te pido 28 pases como el Barcelona. Pero sí tres”, decía usted en aquel vídeo. Si no es la calidad, ¿qué es lo que hace especial al fútbol argentino?
En Europa el que más gana o el que mejor juega es el que más seguidores tiene. Aquí no. Aquí somos de un equipo para sufrir. El paso por la B no me alejó de River. Al contrario. Pese a la angustia y el dolor, el club tocó fondo y no me perdí ningún partido. El hincha demostró que como River no hay otro. Lo siguió aún más. Hasta el que ya estaba cansado del fútbol se reenganchó.
¿Qué pensó al suspenderse la ida por un día?
Mi primer pensamiento es que siguiera lloviendo toda la semana. Así se recuperarían Ponzio y Scocco y podrían jugar también la ida. Ya me había tomado mis pastillas así que dormí una buena siesta.
¿Qué tiene en la nevera para la celebración?
No tomo alcohol. En la Libertadores de 2015, llegué a casa a las 4 de la mañana, viendo cómo la gente celebraba. Esta vez me acostaré más tarde.
¿Y si se pierde?
Espero que no. Aplaudir, no les aplaudiré. Yo no quería la final porque el dolor de la derrota será peor. La rivalidad es tan grande que quieres que Boca pierda contra cualquier rival, del país que sea. Pero hay que evitar los disturbios.