Muertos por ‘la France’
Nacido en Marsella en 1888, Jean Bouin perdió la vida a los 25 años en la Primera Guerra Mundial, el 29 de septiembre de 1914, en Xivray, una pequeña población situada al oeste de Metz y Nancy. Su recuerdo perdura en la clásica competición atlética que organiza Mundo Deportivo y que este domingo llega a su edición 95.
Bouin, subcampeón olímpico de 5.000 metros (en Estocolmo 1912), estableció los récords mundiales de 10.000m y de la hora, vigentes durante más de una década, y su trágica desaparición inspiró a los creadores de la prueba atlética barcelonesa, disputada por vez primera en 1920 con victoria de Rossend Calvet, luego secretario general del FC Barcelona durante muchos años.
La Gran Guerra segó la vida de numerosos deportistas de élite y sus desapariciones causaban profundo impacto en los aficionados. El deportivo francés L’Auto, luego rebautizado L’Équipe, destacó en primera página la pérdida de Bouin, con un artículo de su director, Henri Desgrange, que concluía de forma expresiva: “Nos han demolido a cañonazos la catedral de Reims y nos han matado a Bouin a tiros”. El atleta fue movilizado el 2 de agosto de 1914 en el 163 regimiento de infantería. Rechazó una propuesta para mantenerse en la retaguardia y pidió ser incorporado a una unidad de combate. El 13 de septiembre fue trasladado al frente del río Mosa, donde le asignaron la tarea de mensajero entre las distintas líneas de combate. La muerte le llegó el 29 de septiembre, en una zona que recibió varios impactos de obús, probablemente por un error de cálculo de la propia artillería francesa.
La relación de deportistas famosos que perdieron la vida en el conflicto europeo que finalizó en 1918, cien años atrás, es extensa. Jean Bouin es uno de los más notorios, pero en la guerra fallecieron, por ejemplo, una cincuentena de competidores del Tour de Francia, incluidos tres ganadores.
Octave Lapize, el campeón del Tour de 1910, el hombre que lanzó a los organizadores de la prueba el legendario “¡Son ustedes unos asesinos!” con ocasión de la primera etapa pirenaica de la historia, se enroló a pesar de su sordera (de un oído) como piloto de aviación y cayó abatido en combate. Su avión lucía un gallo francés y un enorme 4, en recuerdo de su dorsal en aquel Tour de 1910. Contaba 29 años. El caso de François Faber es curioso porque, nacido en Francia, adoptó la nacionalidad luxemburguesa de su padre para no hacer dos años de mili. Pero al estallar la guerra se sintió interpelado y se alistó a la legión extranjera para defender a Francia, “que me lo ha dado todo”. El ganador del Tour de 1909 murió en combate a los 28 años y su cuerpo nunca fue hallado. Finalmente, Lucien Mazan, ganador del Tour en 1907 y 1908 con el apodo de Petit-Breton, obtuvo una plaza de piloto de automóviles del Estado Mayor y sucumbió en un accidente de circulación en el frente, a los 35 años.
Hasta seis futbolistas del Barcelona tomaron parte en la Primera Guerra Mundial, según el recuento reciente del periodista David Salinas. Cinco en el bando aliado y uno, Walter Rositzky, en el alemán. Este último, presentado a menudo como polaco, era un alemán de origen judío nacido en Hamburgo en 1889, según las investigaciones de Eugen Scheinherr y Fernando Arrechea. Con rango de teniente, Rositzky envió una carta a Joan Gamper al finalizar la contienda para comunicarle que se hallaba “sano y salvo”.
No tuvo la misma suerte el único fallecido de los seis, el francés René Fenouillère. Subteniente del regimiento 410 de infantería, perdió la vida a los 34 años, el 4 de noviembre de 1916 “al norte de Reims”, según consta en los archivos del ejército francés. Fue herido en 1915 y repatriado a su Normandía natal, pero fue movilizado de nuevo ya para no regresar jamás. Fenouillère jugó en el Espanyol y en el Barcelona y el estadio de Avranches, su primer equipo, está dedicado a su memoria. En la entrada del recinto una placa recuerda al futbolista como “capitán del FC Barcelona”. Entre los supervivientes del bando aliado destacan nombres como los del anglofilipino Henry Morris, uno de los pioneros del fútbol en Barcelona, y George Pattullo, un escocés que maravilló a Gamper con su poder goleador. Vivieron para contarlo.
TRES CAMPEONES DEL TOUR
Una cincuentena de ciclistas del Tour no regresaron del frente, incluidos tres ganadores
Barcelona mantiene
vivo el recuerdo de Jean Bouin, uno de los numerosos deportistas que perdieron la vida en la Gran Guerra